Capítulo 86

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Mabel

Parpadee un par de veces para lograr despertarme del todo, me frote los ojos mientras me levantaba de mi cama.

Me puse mis pantuflas mientras pasaba mis manos por mi cabello tratando de calmar el nido de pájaros que sabía que tenía. Mire a un lado encima de mi mesa de noche un reloj negro con la rueda de invocación del demonio Bill Cipher, el demonio de la locura que provocó el Raroarmagedon que quería "destruir" el mundo.

Delinee los bordes de la rueda, recordando la información que había obtenido. 

Bill Cipher no es un mal tipo, no solamente eso, es la pareja destinada de mi hermano e hizo la destrucción de Gravity Falls para salvar su vida.

Todos en el pueblo le temían, y le seguirán teniendo incluso si saben la verdad, pero para mi por muy demonio que era y seguirá siendo, hoy lo veo como un enamorado empedernido y eso para mi vale más que cualquier cosa.

Fui al baño y me di un largo y tranquilizante baño, luego de un rato me cambié, una vez lista tome el reloj y lo guarde en uno de mis bolsillos antes de bajar al comedor.

El lugar que una vez me llenaba de alegría, al que siempre me emocionaba llegar se veía tan desolado y tan deprimido.

Me senté al lado de mi padre que comía con desdén mirando su periódico.

—Buenos días. 

—Buenos días. —me respondió sin más, sin apartar su mirada del periódico.

—Aquí está tu comida, nena. —me dijo mi madre poniendo un plato de comida delante de mí antes de marcharse.

—Gracias mamá. —murmuré con desapego cortando mi huevo.

Pasaron solo un par de segundos antes de que se sentaran a mi lado, ninguno dijo nada, nos quedamos en silencio comiendo nuestra comida.

Desde que ya no teníamos a Dipper en nuestro día a día, toda nuestra rutina cambió al igual que nuestra interacción.

—¿Irás al hospital? —me preguntó mi padre todavía sin mirarme.

—Si, los chicos me llevarán en unas horas. —les respondí antes de ingerir mi comida.

—Suerte. —me dijo mi madre con una sonrisa vacía. —Yo iré en la noche. 

—Bien. —fue lo único que podía decir.

Mi madre había renunciado a su trabajo de secretaria en una corporación para estar más tiempo con mi hermano, sin embargo debido a que al tiempo extendido en el que a durado dormido mi hermano los gastos se han incrementado y tuvo que tomar un trabajo de camarera dejándole la oportunidad de pasar más tiempo con mi hermano, específicamente en la noche.

Por otro lado mi padre había incrementado de golpe el trabajo y apenas lo veía en la mañana, osea ahora.

No demoraron mucho tiempo a mis lados antes de que desaparecieran, cada uno a su trabajo.

Solo me quede mirando fijamente el asiento de mi hermano o en el que debería estar, fue cuestión de tiempo para que mi vista se nublara, las lágrimas inundaron mis ojos.

—Te extraño, Dipper. —murmure gimoteando, me sentía tan mal sin mi compañero de toda la vida. —Te extraño mucho.

Apreté con fuerza mis piernas contra mi pecho mientras los envolvía entre mis brazos, con mi frente en mis rodillas.

Me encontraba desecha, mis lágrimas ya no salían, tampoco quería llorar todas las noches lloraba hasta dormir, simplemente ya no soportaba la espera, la agonía… la soledad.

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora