Capítulo 43

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Mason

—¿Ahora que, idiota? ¿Otra de tus cursilerías?

—Ni siquiera el último día dejas de ser idiota. —comenté indiferente tomando mi mochila y guardando el dije en mi cartera y luego en mi bolsillo.

—Lo dice él que siempre anda mirando esa cosa o ese collar. —me respondió disgustado mirando el amuleto atado a un lado de mi bolso.

—Eso no te interesa. —le dije saliendo del salón, hacia la próxima clase.

—Bueno, debería importarte a ti. —me dijo divertido jalando mi bolso. 

—¿Por qué debería importarme? —pregunté molesto atrayendo mi bolso hacia mi.

—Tal vez… por esto. —exclamó divertido mostrándome el amuleto en sus manos.

—Devuelvemelo. —dije entre dientes, estaba realmente molesto.

—Déjame pensar… —habló habló habiéndose el pensador, cosa que realmente no es. —No. —afirmó con una sonrisa.

Estaba dispuesto a ignorarlo y recuperar mi amuleto de forma pacífica, pero casi se me detiene el corazón al ver el color pálido del amuleto. Corrí de prisa y le di un fuerte golpe en la mejilla tomando mi enlace con Will.

Porque aunque no lo acepte nunca, ni siquiera frente a Will ese amuleto es la representación de que soy su propiedad.

—Tú maldito… —trato de decir, pero apareció mi hermana pisando su mano, haciéndolo soltar un quejido.

—Hey, hermanito, ¿Cuál es el escándalo? —preguntó con una mirada aburrida sin levantar su pie. —Pensé que estabas reservando tus golpes para el Tío Ford. —me dijo divertida, ella quería estar en primera fila cuando eso pasara.

—Mabel. —la llamé de forma seria, enseñándole el amuleto.

Su sonrisa divertida se extinguió al instante, sacando su teléfono y marcar a Oregon, Reverse Falls. Me acerqué a ella escuchando el timbre sonar.

—Familia Gle...

—Soos, ¿Qué pasa con Will? —dijo nada más le contestó el hombre.

—Mabel… no lo sé, el Señor Ford me prohibió la entrada. —le respondió.

—Oh, vamos Soos se que le das comida todos los días. —comenté irritado por la petición de mi tío.

—…Esta bien. —escuchamos un suspiro. —Pero en realidad no he ido hoy, el Señor Ford me ha mantenido haciendo diversos trabajos.

—Ese maldito Ford. —gruñi con fastidio.

—Pero voy a mirar, esperen un momento. —escuchamos un par de pasos.

—Soos, ¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendido y nervioso el tío Stan.

—Los muchachos quieren saber sobre William. —le respondió nervioso.

—Tks. —escuchamos un par de movimientos más. —Lo siento, Mason trata de mantener la calma. —sus palabras provocaron que una inquietud creciera en mi pecho. —Will está convulsionando. 

—¡¿Como mierda quieres que me calme?! —grité al escuchar esas palabras tomando el celular entre mis manos, no le presté atención a las miradas asustadas y/o nerviosas del lugar.

—Mason… —trató de llamarme.

—¡No! Tío Stan, es jodido quedarme aquí sabiendo que él está…

—Mason, no deberías decir malas palabras, no es propio de alguien como tú. —el susurró me hizo estremecer. 

—W-Will… —murmuró sorprendido.

—¿Mason? ¿Qué pasa? ¿Te está hablando? —logre escuchar la voz de mi Tío.

—No te preocupes, estaré bien. —me aseguro, sentía unos brazos rodeando mi cuerpo. —Amo Gleeful.

Me sonroje de golpe. —Imbécil. —gruñi queriendo parecer molesto, bajando la mirada para que nadie me viera.

—¡¿Mason?! ¡¿Mason?! —seguí escuchando los gritos de mi Tío. —¡¡Will!! —gritó exaltado, al parecer había despertado.

—No puedes hacerte el molesto con ese sonrojo. —volví a escuchar.

Levante la mirada encontrando a Will con la respiración agitada con una leve sonrisa, se notaba cansado.

Solté un suspiró antes de colgar y darle el teléfono a Mabel. —Vámonos. —le dije a mi hermana.

Esta asintió antes de seguirme.

—¿Qué pasó? —me preguntó mi hermana curiosa.

—Ya está bien. —le respondí sin darle importancia.

—¿Está por aquí? —me preguntó curiosa.

—Si.

—Un pregunta. —me dijo alzando la mano como si estuviéramos en clase. Le di un asentimiento para que continuara. —¿Por que tú lo puedes ver cuando duermes pero él te puede ver cuando sea?

Me detuve para evitar que cambiara de lugar cada vez que lo pasamos.

—Eso es fácil, soy un demonio con especialidad de mente, mi conexión contigo me permite verte y viceversa, pero obviamente como tú eres humano solo puedes hacerlo cuando duermes. —respondió el demonio con una sonrisa cansada.

—Ya vete, si estás cansado. —gruñí molesto.

—A la orden, Amo Gleeful~ —con esas palabras desapareció.

¿Por qué tuvo que ser este demonio? —pensé avergonzado.

Le di poca importancia y le respondí la inquietud a mi hermana.

—————

—No tienen que ir estas vacaciones allá. —comentó nerviosa la madre de los gemelos.

—¿Qué? —soltó confundido. —No, tenemos que ir. —afirmó el castaño ansioso.

Había olvidado que en esa casa no podía poner una expresión como esa, no podía dar a entender que había "algo" que ansiaba.

—¿Tienen? —comentó fríamente el hombre de la casa. Cosa que provocó un estremecimiento en todos los presentes. —Ustedes no tienen nada, es más se quedarán todas las vacaciones aquí. —afirmó con voz autoritaria.

Los ojos de la madre de los gemelos brillaron con esperanza, mientras que los gemelos mantuvieron su fría y neutral mirada.

Escondiendo el miedo y angustia que sentían.

Mason quería gritar y golpear a su padre, decirle que esa era una mala idea, quería desafiarlo e ir con Will, pero no lo hizo tampoco podría… porque simplemente si lo hacía sentía que sería la última vez que lograría ver a su amado demonio.

—Mason… —lo llamó una vez se encerró en su cuarto, allí sentado en el suelo mirando de forma comprensible a su enamorado.

—Lo oíste, ¿no? —murmuró el chico sentándose en su cama, llevando sus manos a su cabello.

—Si. —le respondió. Ver la desesperación en sus ojos le dolía mucho. 

—No quiero que sigas sufriendo solo porque no quieres irte de esta dimensión… por mi. —le dijo el gemelo dolido.

—Con tal de verte es suficiente para mi. —susurró tiernamente.

—¡¿Por qué?! —gritó derramando una lágrima traicionera.

—Porque te amo. —afirmó mirándolo intensamente. —No me iré a ningún lado, estaré aquí esperándote, Amo Gleeful~

—Te odio tanto. —murmuró entre dientes el castaño limpiándose esa lágrima, regalándole una sonrisa a su amado.

—Ah, Soos acaba de llegar con la comida, nos vemos~ —se despidió antes de desaparecer.

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora