Narrador—Sé que ya comimos y eso, pero… ¿Te gustaría ir a algún lado a divertirnos? —preguntó coqueta Mabel.
Cosa que ignoró el demonio estaba ensimismado y muy molesto, la rubia que trabaja en el restaurante se la pasó viendo al castaño todo el tiempo e incluso cuando se iban, cosa que no notó el involucrado. Aún así eso no cambiaba la molestia de Will, que gracias a esto no había escuchado ni una palabra de lo que decía la gemela.
—¿Bill? —lo llamó desconcertada al no tener su atención, este solo miraba el camino con el ceño fruncido. —¡¿Bill?! —volvió a llamar, incluso, aunque esté lo escuchó no volteó porque simplemente ese no era su nombre. —¡Oye, Bill no me ignores! —exclamó molesta la chica.
Mason divertido con esto decidió ayudarla porque estaban empezando a llamar la atención de los transeúntes. —Hey, Bill. —lo llamó tocando su hombro.
El demonio dio un respingo, se había concentrado demasiado en mil maneras de hacer sufrir a un saco de carne sin realmente tocarlo.
—Hey, ¿Estás bien? —preguntó el gemelo al mirarlo asustado.
—¿Ah? —soltó nervioso, lo último que quería era que supieran lo que estaba pensando. —He, si, si, estoy bien. —le respondió con una sonrisa tratando de disimular todo lo que pensaba.
—Entonces, ¿Quieres ir… a la feria? —le preguntó la gemela insinuandose levemente, tampoco quería espantarlo.
El demonio ajeno a esto le brillaron los ojos. —Claro que sí. —afirmó emocionado.
Al no leer la mente, ni prestar mucha atención a lo que le decían, no se había enterado que lo estaban invitando a una cita solo él y Mabel.
Mason suspiró, aún cuando no quería una pequeña esperanza de que el muchacho no cayera en las artimañas de su hermana había crecido en él, y ahora se sentia un tonto por eso.
Contrario a eso Mabel se sentía extasiada por haberlo conseguido, había pensado en que tendría que subir la intensidad debido a que el joven al parecer no captaba las segundas intenciones que trataba de transmitir, pero eso había quedado atrás.
Por otro lado el demonio al ver decaído al castaño pensó que no le gustaba la idea de ir a la feria, sin embargo, este se dispuso a convencerlo porque solo iría si el chico también iba.
—Entonces, ¿A dónde iremos primero? —preguntó con una gran sonrisa pasando su brazo por el del gemelo.
—¿Eh? —soltó confundido Mason al sentir como el demonio se recargaba en él. —¿Yo también? —preguntó confundido.
—¿A qué te refieres con tú también? ¿Acaso no tenías pensado ir? —pregunto confundido el peliazul acercando su rostro al del gemelo.
—¿Eh? N-No, yo… —balbuceo sin saber qué decir, miró de reojo a su hermana solo para notar la mirada de muerte que le enviaba.
—¿Qué raro, no? —dijo el demonio mirando a la chica que cambió su expresión en cosa de segundos. —Pensó que no iría. —rió divertido.
—Si, me pregunto porqué será. —le dijo la gemela mostrando una sonrisa llena de molestia.
—¡Bien, entonces vamos! —afirmó alegre empujando levemente al menor aún sin separarse de él.
Mabel mostró una mueca de disgusto una vez estuvo fuera del campo de visión del peliazul.
—Vayamos al carrusel, por favor, por favor. —rogó Mabel como una mirada brillante quien la viera podría decir que era una niña pequeña que no le haría daño ni a una mosca.
—Ehh, pero a mi me gustaría ir a los coches chocones. —contradijo Will con un puchero.
Mabel se sonrojo de golpe al ver la ternura con la que pedía el demonio. —E-Esta bien, que sea a los carritos chocones. —habló con una estúpida sonrisa surcando sus labios.
—¿Tú que dices Mason? —preguntó el peliazul mirándolo animado, se detuvo en seco al ver temblar levemente al chico. —¿Estas bien? —volvió a preguntar preocupado.
—Estoy bien. —respondió Mason sin darle demasiada importancia al demonio.
—Ha, ya ves te dije que empacaras ropa abrigada. —se burló su hermana. —Por muy helado que seas, no puedes resistir el frío.
—Cállate, Mabel. —gruño molesto, se negaba a darle el placer de saber que en verdad moría de frío.
—Creo que es comprensible, al contrario de otros lugares el verano de Reverse Fall hace demasiado frío. —explicó Will con una sonrisa comprensible. —¿Me puedes tener esto un momento? —le dijo a Mabel pasándole la bolsa con hilos de lana que llevaba sin siquiera esperar una respuesta.
El demonio al tener las manos libres se quitó el sweater que llevaba, dejando ver su cuerpo esbelto con su tono de piel ligeramente bronceado usando una camisilla blanca debajo, cuando bajaba las mangas hacían resaltar bíceps dejando embobada a más de uno chica.
—Ten. —afirmó pasándole el sweater con una sonrisa brillante.
Si preguntan, algunas chicas terminaron desmayadas con un charco de sangre saliendo de su nariz.
—¿Eh? —soltó totalmente confundido el castaño al ver como le extendía el sweater. —Pero, ¿Tú no tendrás frío? —trató de negarlo cordialmente.
—No te preocupes por eso. —le respondió tomando las bolsas que mantenía en sus manos. —Soy sangre caliente, mi cuerpo se mantiene siempre cálido. —dijo entregando el sweater al castaño.
Ante la indecisión del castaño, Will tomó una de sus manos, llevándolo entre su cuello y hombro.
Ambos se crisparon ante el contacto.
Will ahogó un gruñido que estaba a punto de soltar. —Esto se siente tan malditamente bien. —pensó.
Mason al recibir una ardiente mirada del demonio no pudo evitar que sus dedos temblaran, haciendo estremecer al otro con el contacto.
El frío abandonó por completo el cuerpo del castaño.
—Ya… Ya ponte el maldito suéter. —exclamó molesta Mabel limpiando su nariz, no se había dado cuenta para nada de la atmósfera al darle un derrame nasal por el demonio.
—…Claro. —murmuró deslizando su mano por el pecho del peliazul, al igual que este lo soltaba.
Dejando una cálida sensación en ambos.
Mason se puso el sweater bajo la atenta mirada del muchacho que estaba haciendo lo posible para tranquilizarse.
La risa burlona de Mabel los hizo volver a la realidad, a "Bill" le quedaba grande el sweater por lo que a Mason lo hacía ver como un niño de cinco años y definitivamente se veía adorable, en especial con sus mejillas rojas por la vergüenza.
El sweater le llegaba a las rodillas, sus manos llegaban un poco más de los codos y apenas se lograba ver sus mejillas y su nariz rojas.
El demonio rió de forma dulce dejando las bolsas en el suelo para ayudar al castaño doblando las mangas hasta ver sus dedos y doblar igual la parte del cuello para lograr ver por completo su rostro.
—Es una lástima no poder ver el amuleto. —pensó Will soltando un suspiró para admirar a ese castaño que no sale de su mente.
—¡Ya vayamos de una vez! —afirmó Mabel impaciente.
—Lamentamos las molestias, pero debido a las temperaturas bajas hemos decidido cerrar la feria. —se escuchó en todos lados.
—¡¿Qué?! —exclamó molesta la chica.
—Está nevando. —afirmó el castaño asombrado viendo a su alrededor.
—Esto debe ser una maldita broma. —gruñó entre dientes la gemela.
Cipher por otro lado se encontraba bastante feliz, aunque no haya subido a ninguna atracción.
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Contrato: Unión
FanfictionBill y Dipper son enemigos pero, ¿Que pasa cuando el demonio empieza a entrar en sus sueños por puro aburrimiento? Será posible que sean amigos y hasta algo más. Phill solo quiere encontrar algo en lo que entretenerse, no espera encontrar a una pers...