Capítulo 19

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Bill suspiró aliviado al haber solucionado el problema en el bosque, con el mismo nivel de poder que lograba mantener debido a la magia de su hermano miró a su querido Pinetree.

—¿Vas a curarlo desde aquí? —preguntó Phill asombrado al ver como la magia empezaba a fluir a través de las dimensiones.

—Voy a curarlo. —afirmó el rubio con la mirada firme, empezando a relucir una luz del ojo en su frente.

El pelirrojo suspiró al ver a su hermano tan preocupado por ese pequeño castaño, no le quedaba de otra que transmitirle más magia. De repente un escalofrío recorrió su espalda algo malo iba a pasar y no le iba a gustar para nada.

—Bi-Bill… —se escuchó un pequeño murmullo de parte del castaño que respiraba de forma pesada. 

—Estarás bien en unos segundos, Pinetree. —le respondió Bill con una suave sonrisa.

Dipper mostró una suave sonrisa antes de caer en la inconsciencia, unos segundos después Bill cayó al suelo tratando de tranquilizar su respiración.

—¿Estará bien? —preguntó Phill limpiando una ligera capa de sudor de su frente, otro estremecimiento helado pasó por su espina dorsal, se sentía muy confundido por esos presentimientos.

—Si. —respondió en un suspiro levantándose del suelo. —Cuando despierte estará bien. —murmuró limpiando su ropa.

—¡AAHG! —el grito alertó cada partícula del cuerpo de Phill al oír el grito de su amado chico rudo.

Corrió rápidamente al callejón seguido de su hermano que se encontraba algo cansado. Al pelirrojo se le rompió el corazón al ver el cuerpo de Tyrone caer al suelo de forma estrepitosamente con una navaja enterrada en su estómago, bajo él un charco de sangre que se hacía cada vez más grande en cosa de segundos.

Phill corrió a socorrer al castaño los nervios, el miedo y la desesperación circulando por su cuerpo.

Bill corrió hasta Mabel llorando a cántaros mientras llamaba a su hermano siendo arrastrada por dos tipos grandes y Gideon unos pasos delante con una sonrisa complacida. El rubio noqueó a los dos sujetos con varios golpes dejando en libertad a su amiga, camino molesto al chico de su misma edad que trataba de mantenerse firme.

—En todos lados tienes que ser tan miserable, One-eyed star. —murmuró con odio, el ojo en su frente brillaba fuertemente.

—AAAAAH. —gritó adolorido Gideon llevando sus manos a la cabeza. 

Chasqueo los dedos para hacer desaparecer a los cuatro y las bolsas de compra, cayó al suelo completamente exhausto mirando a su hermano quitarle la navaja del abdomen al muchacho.

—¡HGH! —gritó adolorido Tyrone tomando firmemente la camisa del pelirrojo.

Eso alertó a los hombres de la casa que llegaron rápidamente a la sala.

—¡No se acerquen! —gritó Bill poniéndose delante de los Stan's.

—¡¿Qué estás haciendo?! —lo regañó Ford alterado.

—¡¿Qué pasó?! —preguntó Stan igual o peor que su hermano.

—Phill puedes hacer algo por él, ¿verdad? —preguntó nerviosa Mabel temblando en el suelo.

El demonio rojo no respondió manteniendo su mano en la herida, se veía desesperado.

Bill se acercó a su hermano temblando llevando su mano hasta la espalda de su hermano, las llamas color amarillo de Phill se incentificaron acelerando la sanación.

—Bill ya para. —le gruño el demonio rojo.

—Estás desgastado por mi culpa así que cállate. —le devolvió el gruñido antes de caer al suelo exhausto.

—Bill. —lo llamó preocupada Mabel, acercándose a este aún con su cuerpo temblando, ahora tenía a dos personas por las cual preocuparse. 

La frente de Phill brilló con más potencia y su respiración empezaba a escucharse descontrolada.

—Phill. —lo llamó Tyrone sentándose aún en el suelo, mientras que el demonio se arrodillaba completamente agotado.

—¿Chicos están bien? —preguntó Mabel, aunque se encontraba más aliviada seguía preocupada por el comportamiento de su amigo y cuñado.

—Estoy… bien. —murmuró en un hilo de voz, por otro lado Bill no podía hablar y seguía respirando de forma pesada, se veía muy pálido.

Tyrone preocupado tomó al demonio rojo de las mejillas y lo besó, frente a todos sin importarle que estuviera toda su familia reunida, ni los gritos de emoción de su hermana.

Se separaron luego de unos segundos mirándose fijamente a los ojos. —Préstame tu fuerza. —murmuró Phill uniendo sus frentes, el castaño sonrió complacido antes de cerrar los ojos.

Una imagen apareció en la mente de ambos, de un castaño hablando con su hermana sobre que se encontraba bien y podía ir con sus amigas.

Su reflejo en versión mujer asintió antes de irse corriendo dejando solo al niño.

Pinetree. —lo llamó Phill.

El pequeño miró confundido al bosque acercándose despacio. —¿Dorito? ¿Eres tú? —preguntó extrañado.

—No, soy Phill el hermano mayor de Bill, necesito tu ayuda. —volvió a hablar. —Aceptalo en tu dimensión y curalo.

—¿Eh? ¿Qué pasa con Bill? ¿Qué tan mal está? —preguntó alarmado el niño adentrándose en el bosque. 

Muy mal, por favor ayúdalo. —le pidió Tyrone preocupado.

—¿Quien eres? —preguntó cauteloso Dipper mirando el cielo.

Soy un amigo de Bill, debes ayudarlo. —le contestó.

—¿Por qué yo? —volvió a preguntar cauteloso, nadie le garantiza que en verdad decían la verdad.

Ya entiendo porqué está tan loco por ti. —comentó Phill de forma tranquila. —Solo puedes ser tú, porque eres el único que puede tocar su corazón. —con esas palabras la conexión se rompió.

El pelirrojo soltó un suspiró agotado, antes de mirar a su hermano, su cuerpo empezó a desaparecer.

—¡¿Qué le pasa?! —grito alterada Mabel, tratando de tocar al demonio amarillo sin mucho éxito.

—Estará bien. —respondió Phill viendo como la mitad de su cuerpo desapareció por completo.

—¡¿Cómo puedes decir eso?! —le gritó molestó Stan acercándose a Phill. 

—¡Stan, espera! —trató de regañarlo su hermano, pero este no le prestaba atención.

Tyrone se puso delante del demonio rojo mirando a su tío, no iba a dejar que lo lastimara. 

—Tyrone, quítate. —gruño molesto.

—No. —se negó de inmediato.

—Tyrone. —lo llamo de forma oscura, ante el tono Phill se crispó aún consciente de la herida que antes tenía el castaño, jalandolo hasta su pecho envolviendolo en un abrazo protector.

—¡Bill desapareció!! —gritó alterada Mabel.

—Tranquilos todos. —afirmó Tyrone llamando la atención de todos, manteniendo una mano en alto para que su tío no se acercaran. —Bill ha ido con alguien que lo ayudará. —explicó, todos se relajaron ante esas palabras.

Dejando un suspiró en coro de alivio.

—Phill, ya puedes soltarme. —murmuró Tyrone con una suave sonrisa acariciando suavemente los brazos con lo que lo envuelve.

—Tyrone, ya no puedo más. —susurró con dolor aflojando el agarre hasta soltarlo.

—Phill, ¿Que pasa? —preguntó el castaño preocupado dándose la vuelta para ver esos ojos escarlatas mirándolo de forma seria.

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora