Capítulo 88

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—Vaya, vaya. —murmure entretenido. —¿Cómo será esto? —dije riendo entre dientes antes de presionar el botón del centro de mi control.

La pantalla se apagó durante unos segundos antes de volver a encenderse.

—Será mejor que seas interesante, Jack. —dije con una enorme sonrisa.

Jack

Mis intentos por acercarme a Dipper han sido un completo fracaso, todo por culpa de sus amigos y su hermana.

Particularmente es muy molesta Rubit, aparece por arte de magia cuando estoy hablando con él.

Aburrido caminé por la biblioteca, me detuve en seco al ver a Eric acorralar a Rubit entre una estantería.

No sabía que tenían ese tipo de relación. —pensé impresionado.

—¿Cuánto tiempo crees que podrá soportar? —escuché la voz preocupada de Eric.

—No lo sé, ¡¿si?! —respondió la chica de cabello multicolor nerviosa. —Crees que tampoco me duele verlo así, ¡¡Cómo crees que me siento cuando trato de visitar a mi dueño, pero no puedo acercarme al oírlo hablar sin parar de su Agapē!! —le respondió atormentada tomando el dobladillo de la camiseta del chico.

¿Dueño? ¿Agapē? —pensé cada vez más extrañado con su conversación.

—Pasarán las vacaciones y… ¿volverá a recaer? —preguntó el chico pálido suavemente apoyando su frente en su hombro.

—No lo sé, espero que no, estoy tratando de hacer lo que puedo, pero necesito tu ayuda. —comentó la chica frotando su espalda tiernamente.

—¿No tienes otro modo de pedirme un beso? —preguntó aburrido el chico.

¿Beso?

—No tengo otra opción, sabes. —exclamó avergonzada la ojiazul aferrándose al paliducho para que no la vea.

¿No tiene opción? —mi mente empezaba a dar muchas vueltas confundidas.

—Si es así, ¿Por qué no se lo pides a Alex? —preguntó en un tono claramente de celos.

—¡Eres imbécil! —gritó ella empujándolo lejos de ella, viéndose claramente sus ojos vidriosos. —¡¿De verdad crees que haría algo así?! —le preguntó su nariz se arrugó demostrando su enojo, miedo y desesperación.

—Yo… de verdad lo siento, no quería decir algo como eso. —le dijo tambaleante tomando sus mejillas, limpiandolas cada vez que derramaba lágrimas.

Allí me di cuenta que estaba viendo algo que no debía ver, empecé a caminar lejos de esos dos, ni siquiera sabía porqué me quede viéndolos, pero es pacífico así que ya que. 

Todavía aburrido llegué a las mesas de la biblioteca, note a Mason Pines dormido pacíficamente, definitivamente es extraño que un chico sea tan tierno como él. 

Al acercarme note como sostenía un reloj negro, mientras balbuceaba.

—No… Mgh… No te vayas, espérame. —murmuró incómodo entre sueños. —¡Dorito! —exclamó jadeante levantándose de golpe.

—Dipper, ¿Estás bien? —le pregunté acercándome preocupado por la mirada ida y su respiración jadeante. 

—Te encontré. —murmuró con una suave y dulce sonrisa juntando sus labios contra los míos en un efímero toque antes de volver a caer dormido.

¿Eh?

¿Eh?

¡¿Ehh?!

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Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora