🎃 Especial de Halloween 🎃

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Narrador

En una hermosa noche donde el cielo estaba adornado por miles de estrellas que brillaban más que cualquier otro día, al igual que una luna resplandeciente en lo alto.

En la casa Pines, para ser exactos en la habitación del gemelo con una marca de la Osa Polar tapada con su cabello y una gorra estilo leñador.

—¡Dipper, vamos! ¡Por fis! —suplicó la niña de cabello oscuro, poniendo unos grandes ojos cristalinos por las lágrimas que se asomaban en sus ojos, un mohín en sus labios

—Mabel no sé. —murmuró un chico igual a la joven, apretando un libro a su pecho con una expresión de inconformidad.

—Solo tenemos 13 años, probablemente entre uno o dos años ya no podremos disfrazarnos. —afirmó con tristeza mirando fijamente el suelo, antes de volver a mirarlo.

—Pero realmente no quiero salir. —comentó agotado dejando su libro en su regazo empezando a acariciar el pino en el centro. —Además eso lo dijiste en super Hallowen en Gravity Falls. —refunfuño con los labios torcidos.

—Por favor Dipper, esta vez iremos con Eric y Alex. —volvió a suplicar, ignorando por completo lo último que dijo.

—No lo sé… —dijo Mason con una mueca de preocupación. 

—Y están allá abajo. —exclamó Mabel con una sonrisa inocente.

El castaño soltó un largo suspiró sabía que iba a perder esa "discusión". —¿Qué hay de los disfraces? —preguntó aunque ya sabía que su hermana ya tendría algo.

—Está vez seré una bruja y tú serás mi gato. —afirmó alegre antes de desaparecer.

Dipper soltó un largo suspiró antes de que una suave sonrisa apareciera en su rostro. —Halloween, eh. —murmuró. —¿A partir de ahora pasarán los días así sin ti? —se preguntó cerrando fuertemente los ojos para evitar llorar.

Aspiro fuertemente antes de levantarse de su cama sin notar cómo pasó una sombra rápidamente en su ventana.

No caminó mucho cuando su hermana le tiró una camisa café con capucha donde se ubicaban dos orejas negras a cada lado y un pantalón tres dedos antes de las rodillas del mismo color.

Volvió a suspirar antes de acercarse al baño y cambiarse de una vez. Volvió a su cuarto y sacó un maletín de color gris, metió el libro antes de engancharselo.

Tenerlo cerca era como un ancla emocional por lo que le gustaba mantenerlo cerca.

Una vez listo bajó las escaleras se encuentro a sus amigos, sus rostros maquillados de negro con blanco, en un increíble disfraz de esqueletos.

—Hola, gato. —se burló Alex mirándolo con diversión sentado en la mesa del comedor haciéndole un rostro a una calabaza.

—Soy el gato negro de una bruja, puedo embrujarte sabes. —le siguió el juego el gemelo sentándome frente a su amigo empezando a hacerle un rostro a una calabaza, sabía muy bien que su madre los dejó allí, aunque después tendrían que comer mermelada de calabaza, postres y más cosas en los siguientes días.

—Uh, una bruja. —rió divertido. —Quiero ver a esa bruja. 

—En unos 5 minutos debe estar aquí. —le respondió Dipper.

—Genial. —exclamó emocionado.

—No te emociones mucho, muchacho. —gruñó Francisco, el padre de los gemelos Pines pasando por allí con dos calabazas más hasta el patio.

Contrato: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora