Dia 54°

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Estoy despierta cuando el despertador suena, por lo que no me caigo de la cama como usualmente me pasa. Apago la alarma y me tapo hasta la cabeza con las sábanas. Estoy a punto de volver a dormir cuando mamá entra al cuarto. 

- Tar- se sienta al borde de la cama- hay un chico abajo esperándote. 

Lo único que logra salir de mi boca es un sonido extraño.

- Bueno... - Me destapo la cabeza; y puedo apostar que tengo el cabello hecho un nido de arañas... el aire abandona mis pulmones al ver quien está parado en el marco de la puerta. 

- ¿No tendrías que haberte despertado  hace una hora?- pregunta Cam. 

- ¡Mamá! ¿Por qué lo dejaste entrar? 

- Yo creí haberle dicho que esperara en la sala- reprocha mamá.

Mi padre también se une a la discusión. 

- ¿Por qué el amigo de Tarah está en la casa? 

Se calla cuando se da cuenta de que está ahí. Cam mira a mi padre preguntándose si lo va a golpear o a saludar. Mi padre lo abraza casi como si fuera su hijo, después le susurra algo algo y ambos salen de mi habitación. 

- ¿Son novios?- pregunta mi mamá. 

- No, no, no- contesto rápidamente- Se supone que somos amigos- me mira como si estuviera diciendo alguna mentira- Bueno... los dos nos gustamos pero no somos nada ¿contenta?

Mi mamá me mira por última vez y se queda parada en el marco de la puerta. 

- Cámbiate rápido- agrega en tono burlón antes de salir y cerrar la puerta. 

Tengo media hora exacta para bañarme y vestirme. Así que básicamente corro al baño mientras sigo pensando en qué ponerme.

Salgo de bañarme envuelta en una toalla blanca y corro al clóset, tomo una playera blanca, un suéter verde ,unos pantalones de mezclilla rasgados. Me cambio lo más rápido que puedo y me pongo los converse; me veo al espejo y comienzo a cepillarme los dientes y después el cabello. Lo miro por unos segundos y está demasiado mojado como para salir. Busco la secadora que mis padres me regalaron años atrás, con tal de que por lo menos hiciera el intento de peinarme. Comienzo a secar mi cabello frente al espejo; después de un par de minutos mi cabello está esponjado. Busco entre todo el estante y encuentro una crema para el cabello. La pongo sobre la mitad del cabello e inmediatamente mi cabello se vuelve ondulado. Me aplico un poco de perfume y salgo de mi habitación para bajar las escaleras.

Cuando estoy en la sala me encuentro a Cam de espaldas, me pongo detrás de él; mamá y papá se quedan sorprendidos al verme.

¿Me veré muy mal?

Cam voltea y me mira de igual manera que mis padres. 

- ¿Tan mal me veo? 

- Creo que obligaré a Anya a que te ayude a comprar ropa- dice mamá. 

La miro de mala manera e intento ignorar las miradas de burla que mis padres me dan. 

- ¿Nos vamos?- pregunta Cam. 

Asiento con la cabeza. Me despido de mis padres y salimos de la casa.

Volteo discretamente hacia las ventas de la casa y puedo ver como mamá espía por ellas.  Subimos al coche de su padre, incluso adentro de esté mamá nos sigue espiando. 

- ¿Quieres escuchar música? 

- Aja. 

Me pongo el cinturón de seguridad y después me inclino un poco para prender el radio y buscar una estación en donde tengan canciones buenas.  

Como si fuera obra del destino, "If we have each other" de Alec Benjamin, comienza a sonar. Suelto un pequeño chillido, volteo a ver a Cam y el sonríe de lado y ambos empezamos a cantar a todo pulmón y en estos momentos agradezco que no haya ningún auto cerca. 

{.....}



Cuando llegamos a su casa me bajo del coche. Antes de llegar a la entrada de la casa, Cam saca de su bolsillo las llaves; me pide que pase. Me toma del antebrazo para guiarme hasta la sala. 

- ¡Mamá, ya llegué! 

Doy un pequeño salto en mi lugar al escuchar el grito. Sin darme cuenta su madre ya está frente de nosotros. 

- ¡Tarah!- su madre me mira con felicidad y me abraza. 

- Hola, señora Buchanan - sonrío y le acepto el abrazo.

- Mamá si no te molesta voy a estar con Tarah en mi habitación. 

Sin esperar respuesta de su madre Cam me toma de la mano y me conduce hasta las escaleras, no sin antes yo despedirme de su madre.  

Cuando llegamos a la segunda planta me lleva hasta la puerta de su habitación y me hace pasar. Recordaba su habitación diferente. 

Las paredes ahora son de color blanco, hay cuadros de paisajes y dos repisas repletas de videojuegos. Su cama tiene una colcha totalmente blanca.  Da una palmada en la cama indicando que puedo sentarme. Sonrío y me siento en la cama, después de esto me abraza por el estómago y me recuesta en la cama. 

- ¿Sabes que podría golpearte por hacer eso?- bromeo. 

- Pero no lo haces, así que cállate y comencemos a hablar. 

- Me dices que me calle pero que hable ¡que inteligente eres Buchanan!- me burlo. 

- Me gusta como te ves- me sonrojo- Hablemos de algo. 

- ¿Cómo qué?- pregunto. 

Pone una mano detrás de su cabeza. 

- ¿Recuerdas de como nos conocimos? 

Mi corazón se detiene y mi respiración se corta al recordar la apuesta, ésta claro que ya no sigue en pie, pero no me imagino como cambiarán las cosas entre nosotros si se llega a enterar de que fue una apuesta. 

- No te sabías mi nombre- finjo indignación y río. 

- Ya te lo dije, si me lo sabía, pero fingía que no- sonríe. 

Lentamente nos vamos acercando y acaricia mi mejilla con su pulgar, la distancia entre él y yo deja de existir. Sus labios hacen presión con los míos, siento las famosas mariposas presentarse en mi estómago, como si fuera la primera vez. Su respiración a mezcla con la mía y casi puedo sentir el latir de su corazón. Por un momento me olvido de que estoy en su casa y su mamá podría entrar en cualquier momento. Después de un tiempo nos separamos por la falta de aire. 

- Me estoy acostumbrando a tus besos- sonríe y por un instante vuelvo a sentirme mal al recordar que el no tiene ni idea de que le hablé por una apuesta.

- Me estoy acostumbrando a tus besos- sonríe y por un instante vuelvo a sentirme mal al recordar que el no tiene ni idea de que le hablé por una apuesta

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La apuesta de los 100 días (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora