Dia 66°

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Miro de nuevo el papelito y sigo sin creer lo que dice. Cameron Buchanan no es de estudiar, y mucho menos con una chica. Me giro discretamente para verlo y regalarle una mirada curiosa y preguntándome mentalmente qué es lo que planea. 

Tarah, querida, algo va mal. 

Miro por última vez el papel y escribo. 

¿Qué rayos traes en mente Buchanan? 

Vuelvo a hacer bolita el papel, observo el pizarrón y el maestro sigue escribiendo; voy atrasada en los apuntes; giro lo más rápido que puedo y la lanzo sin preocuparme de adónde cae, trato de copiar todo lo del pizarrón, pero el profesor escribe y escribe sin parar un segundo, incluso borra partes del principio para continuar escribiendo. 

Después de un tiempo el maestro deja de escribir y estoy por terminar, me recargo en la silla y me topo con la bolita de papel de Cam.

La abro: 

¿Qué hay de sospechoso quiera estudiar contigo? Además tengo que tener buenas notas, ya sabes, para eso de la universidad. 

Pienso en qué responderle.

Tengo tres respuestas:

"Claro, te veo en mi casa", "No lo sé, lo voy a pensar", "No puedo".

Tomo la pluma, lista para escribir mi respuesta, pero justo cuando toca el papel, la alarma suena y todos comienzan a guardar sus cosas. Suspiro un poco aliviada y meto a mi mochila la bolita de papel. Miro de reojo el lugar de Cam pero él ya no está. 

Decido ir a mi casillero y no hacer ninguna parada. Pero en eso cambia el momento en el que cruzo el marco de la puerta y una mano me hala del antebrazo, sacándome de la bola de personas que van saliendo de la clase. No es necesario ser muy inteligente para saber qué es Cam; es suficiente con oler su loción y darme cuenta de que la chamarra de cuero es la misma que él traía. 

- ¿Entonces?- pregunta con una sonrisa. 

- ¿Entonces qué?- le pregunto un poco incómoda al darme cuenta del poco espacio que hay entre nosotros. 

- ¿Quieres que estudiemos juntos?- su intento de sonrisa egocéntrica provoca que mi sonrisa se borre- Prometo estudiar. 

Me separo de él, dispuesta a continuar mi camino. 

- No lo sé, lo voy a pensar. 

No lo miro, pero apuesto que está sonriendo.

No lo miro, pero apuesto que está sonriendo

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La apuesta de los 100 días (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora