Dia 76º

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CAM

Despierto, pero sólo hasta unos minutos después estoy un poco más consciente y me doy cuenta de que el cuarto está totalmente iluminado por los rayos de luz; siento el brazo de Tarah en mi cintura. Abro los ojos pero me veo obligado a cerrarlos para acostumbrarme a la luz del día.

Cuando los abro nuevamente, es necesario parpadear; mis dedos entrelazados con los de Tarah. Cameron Buchanan, algo malo pasa contigo  Bostezo. Me restriego un poco los ojos.  Tarah se remueve un poco y suelta mi cintura y su espalda choca con la mía. Su columna sobresale un poco, lo que me hace pensar que está hecha bolita. Me doy vuelta; mis suposiciones acerca de su posición son ciertas. Observó sus hombros elevarse cada que respira y su cabello castaño está esparcido por toda la almohada. Me entra la necesidad de tocar su sedoso cabello, pero algo me detiene y me dice que deje las manos quietas. Me acerco un poquito más a ella y pongo mi mano en su hombro mientras la sacudo un poco para que despierte. 

- Tarah- murmuro- levántate.

Reacciona hasta la tercera vez que la llamo, pero lo único que consigo es que me dé un manotazo y vuelva a intentar dormir, lo cual no logra porque insisto en que despierte. 

- Cam, ¿vas a dejarme dormir?  Se da la vuelta, bosteza y sus ojos luchan para no volver a cerrarse. 

- No- respondo- Ya es hora de levantarse; aparte, ya tengo hambre. 

- Dame quince minutos más.

Se frota los ojos y se estira a todo lo ancho de la cama sin preocuparse de golpearme la espinilla. 

- Se nota que eres muy floja, James- me burlo. 

- Creo que sí- responde en medio de un bostezo- Me cuesta trabajo despertarme... podría dormir el día entero y despertarme aún con sueño.

Esta chica es más dormilona que todas las que he conocido. Miro más allá de Tarah y noto que faltan Nick y su perro. 

- ¿En dónde está Nick?- pregunto.

Tarah levanta la cabeza y responde. 

- Aquí, a mi la...- se queda callada justo en el momento en el que nota la ausencia de mi hermano- Podría jurar que estuvo a mi lado toda la noche.

Nos sentamos en la cama mientras nos miramos un poco alarmados.

- Nada malo pudo haberle pasado- me asegura - Además nos hubiéramos dado cuenta de eso, estaba a nuestro lado. Quizá fue al baño o a desayunar - Me paro de la cama.- ¿A dónde vas? 

- A buscarlo al baño- contesto- O a su cuarto.

Tarah pone los ojos en blanco, se para también y me da un golpe en la cabeza. 

- ¿Eso por qué fue?- le pregunto. 

- Por despertarme a las diez de la mañana.

Me obliga a abrir la puerta e ir en busca de Nick, Enseguida nos llega el olor a hot cakes y escuchamos las risas de Nick y mamá.  Cerca del comedor, el olor del desayuno es más notable y fuerte. Mientras más nos acercamos, más nervioso me pongo porque pienso que un ladrón nos está haciendo el desayuno y una malteada con algunas gotas de un poderoso veneno.

¿Qué rayos Bruchanan ¿Un ladrón deteniéndose a hacerle el desayuno a su víctima? Sí, claro.

Me detengo en el umbral de la entrada de la cocina y veo a mamá cocinando y a Nick sentado en la barra frente a la estufa. Tarah se pone a mi lado y se abraza a mi brazo mientras me mira un poco asustada o nerviosa. 

La apuesta de los 100 días (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora