Día 32°

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Abrí mis ojos confundida, no sabía que hora era ni que día y mucho menos en donde estaba. Además del asqueroso olor que había por toda la habitación.  Miré a mi lado y casi me muero al ver la cara de Anya frente a mi, tenía la boca abierta, la máscara de pestañas corrida y abajo de sus ojos tenía unas ojeras que a decir verdad la hacían ver fatal. 

- Anya- susurré y la moví- Anya. 

- ¿Quién habla?- pregunta adormilada. 

- Tarah ¿sabes en donde estamos? Anya abrió uno de sus ojos y miró detrás de mi. 

- No- responde y vuelve a cerrar su ojo.  Me senté en la cama con un dolor horrible en todo el cuerpo, como si la noche anterior me hubiera ido de fiesta o algo pero esta claro que eso lo hice y peor aún me había drogado. Comencé a ver bien la habitación y se me hacía bastante conocida, era la habitación de Cam ahora con olor a vomito y un poco desordenada. Miré el piso y pude ver ropa sobre un líquido que parecía ser el vomito y un poco más allá estaba Fred, el niño pelirrojo amigo de los Buchanan. 

- Ya sé en donde estamos- dije emocionada. 

- Tarah, estamos bien sigue durmiendo. 

Miré a todos lados buscando a los hermanos y los encontré recostados en el piso al igual que Fred sólo que frente a la puerta. 

- Tarah acuestate- dice Anya tratando de hacer que me regrese a la cama a dormir.  Me levanté con cuidado y vi los zapatos a un lado de la cama, los tomé y me los puse tratando de no hacer ruido para no despertarlos. 

- Anya, vamonos- dije moviendola. 

- ¿Por qué? 

- Estamos en la casa de los Buchanan y quien sabe que tanto hicimos, además, miranos...- dije y ella abrió sus ojos- nos vemos mal... muy mal. 

Anya odiaba verse mal o mejor dicho que otros la vieran mal, las chicas y yo éramos las únicas su habíamos visto a Anya con el maquillaje corrido y despeinada ya que muchas veces se había puesto a llorar en mi casa por sus problemas familiares. 

- Dios...- se sienta rápido en la cama y mira a su alrededor- mis zapatos- comienza a buscar y se detiene- me duele absolutamente todo. 

Amarré mis agujetas y busque los zapatos de Anya y los encontré al otro lado de la cama al igual que los mios.  Se los puso sin hacer ruido y comenzamos a caminar de puntitas para que no se escucharan nuestras pisadas.

Los hermanos estaban en la puerta así que básicamente no podíamos salir. 

- Salgamos por la ventana- dice deteniendome al ver bloqueada la puerta.

- ¿También se me corrió el maquillaje?- pregunté preocupada. 

- Tarah- susurra fuerte. 

- Ya, tranquila. - Dije y caminamos hacia la ventana. 

- Chicas tomen café antes de irse- dijo uno de los hermanos. 

- Mierda- dice Anya. Volteé y ví a Cam riendo con todo el cabello desordenado haciendo que se viera más sexi de lo normal. 

- ¿A donde van? 

- No queríamos molestar- dije sonriendo. 

- No molestas- dice y se talla el ojo- ¿Quieren té? ¿Café? 

- Quiero ocupar tu baño- dice Anya dándose la vuelta. 

- Uhm si, la primera puerta a la derecha después de esta. 

- Gracias- dice agachando la cabeza para su no la vieran.  Anya trató de abrir la puerta pero Nick al estar frente a ella no podía, Cam tomó su brazo haciendo que se despertara para que Anya pudiera salir corriendo al baño. 

La apuesta de los 100 días (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora