Severus alzó el rostro, comprobando que estaba solo allí. Miró por la ventana, percatándose que estaba anocheciendo. No recordaba mucho de lo ocurrido, salvo los ojos de Sirius Black posado sobre él. Se levantó sintiendo un leve calambre en las piernas y salió de allí, queriendo olvidar del todo aquella mirada.
—¿Crees que estará bien? —Sirius salió de su pequeño escondite en los escombros, acompañado de Remus.
—Por lo menos no tenía la mirada perdida, pero deberíamos seguirle de forma disimulada para asegurarnos.
Comenzaron a caminar tras él, manteniendo una gran distancia. Bajaban las escaleras como si fuesen al Gran Comedor, la cena era una excusa perfecta.
—De verdad que no le hice nada. —aclaró Sirius rompiendo el silencio con su amigo.
Remus le miró por un momento.
—Lo sé. —Apretó su hombro para que el chico dejase de sentirse tan mal y viendo como el Slytherin se marchaba a su mesa, ellos tomaron asiento con sus otros dos amigos.
—Parece que todo ha ido bien, ¿no? —preguntó Peter, masticando un trozo de patata asada.
—Sin efectos secundarios aparentes. —respondió Remus, intentando ser lo más escueto posible para que nadie les escuchase.
Sirius comió poco aquella noche y tampoco pudo concentrarse mucho en la conversación, pues su mirada y sus pensamientos estaban perdidos en su enemigo. Remus golpeó su costado con el codo de forma disimulada, indicándole con la cabeza que ya se marchaban.
—¿Te has quedado mudo, Sirius? —cuestionó James, pasando su brazo sobre sus hombros—. Entiendo que no ha sido fácil estar con ese llorica solo.
—Estoy traumatizado. —Rió bromeando, intentando que sus amigos no se enterasen, especialmente James, ya que lo usaría para molestar a Snape—. La verdad es que tengo muchísimo sueño. ¿Vosotros no? Remus seguro, siempre tiene esas grandes ojeras...
—Siempre tengo sueño. —dijo el castaño siguiendo su juego.
Lucius tomó asiento al lado de Severus, quien miraba fijamente al fuego de la crepitante chimenea. Su presencia en la cena había sido casi fantasmal, pues se había mantenido mudo en todo momento. Parecía preocupado por algo y sabía que no tenía mucha facilidad de palabras.
—Vaya día, ¿verdad? —tanteó el rubio, a lo que Severus asintió—. Estamos muy saturados con los próximos exámenes. Cada año más duros, dicen, aunque hay gente que no parece avanzar. ¿Y a ti qué te ha ocurrido? —Vio como Severus observó la gente en la sala, percatándose de que estaba bastante vacía. Se inclinó hacia él cuando le vio acercarse, queriéndole contar algo muy secreto.
—Creo que me encantaron o me dieron algo.
—¿Cómo? —preguntó incrédulo. Hogwarts era bastante estricto en esos asuntos—. ¿Se lo has dicho a algún profesor? —Severus negó con la cabeza—. ¿Y por qué no lo haces? Si sabes quién lo ha hecho será expulsado de forma inmediata.
—No estoy seguro de lo que ha pasado ni de quién lo hizo exactamente. Sólo recuerdo algo que ni siquiera sé si es real.
—¿Qué recuerdas?
Severus quedó en silencio, volviendo a recordar aquellos ojos... ¿preocupados? «No puede ser que él estuviese preocupado por mí, debe ser un sueño o algo así».
—Déjalo, es una tontería. Será mejor que me vaya a dormir. —excusó, apresurándose a levantarse y casi correr a su cuarto.
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La rivalidad que crea la atracción
FanficEntrar a Hogwarts despierta un sentimiento único. Para muchos es considerado su segundo hogar. Severus lo verá como el único dónde podrá escapar de los abusos de su padre. Sin embargo, no todo será fácil para él, pues su turbia infancia provocó que...