Aquel era el primer domingo que visitaba la Casa de los Gritos desde todo lo que había sucedido. Como le había escrito a Severus, él esperaría allí durante todo el día y eso hizo. Aguardó su llegada hasta que la hora marcó que los estudiantes debían volver a Hogwarts. No iba a mentir, creía que aparecería por la puerta, pero aquella vocecita que le indicaba que no debería haberle dejado solo parecía que ganaba intensidad.
Recordó con tristeza el último día hermoso que habían pasado allí y deseó que volviera a repetirse una vez más.
Volvió a casa cabizbajo, encontrándose a Regulus en el pasillo, quien chocó de manera voluntaria con él, pasándole un pequeño papel en su mano. Se encerró en el cuarto para poder leer en privado, aunque suponía que Kreacher conocía lo que su hermano hacía.
"Siento no haber ido hoy a Hogsmeade. Necesito pasar un tiempo a solas por ahora. Quiero encargarme de algunas cosas. Espero que no te moleste. Lo lamento mucho".
Suspiró sopesando la probabilidad que tenía de ser encontrado al colarse en Hogwarts, sin embargo resultaba demasiado alta sin el mapa o la capa de invisibilidad como para jugársela de aquel modo.
Cada domingo volvía a la Casa de los Gritos, pensando que quizá Severus decidía ir porque le necesitaba, aunque ya había pasado un mes sin verle por allí. Era el cuarto día que se quedaba sentado en el sofá, siempre haciendo tiempo para que atardeciera para volver a casa en soledad, pero algo nuevo sucedería ese día.
Escuchó unos golpes llamar a la puerta. No tardó en correr hacia ella, abriéndola al instante, sin encontrarse a quien más deseaba ver.
—¡Hola, Sirius! Imagino que estás ocupado... —dijo Remus, recibiendo al chico que acababa de abalanzarse hacia él—. ¿Estás bien?
—Entra. —Estiró su manga, haciéndole pasar a la casa para poder cerrar la puerta y que nadie les viera, a pesar de que nunca habían visto a nadie por aquellos bosques traseros tan cercanos a la vivienda.
Remus caminó por la casa, sintiéndose extraño al estar allí en vacaciones, sin ninguna transformación de por medio. Tomaron asiento en el sofá para poder charlar tranquilamente.
—Después de recibir tu carta quise visitarte, pero mi madre enfermó y estuve ayudando en casa. No quería ir a la tuya por si creaba problemas, pero tampoco sabía dónde encontrarte si no era aquí y pensaba que estarías ocupado con Snape...
—¿Tu madre ya se encuentra bien? —preguntó Sirius.
—Sí, ella está bien, gracias. —Remus le sonrió, esperando que él hablara.
—Severus escapó de Hogsmeade para ir a buscarme.
Los ojos del castaño se abrieron de par en par. Quiso empezar su charla sobre el problema en el que podía meterse, pero no pudo continuar.
—Él vive cerca de mí. Fue a buscarme a casa y yo me había escapado. No me di cuenta que era domingo y no vine a verle. —Su seriedad generaba pesadez en el ambiente.
—¿Dónde fuiste? Pudiste haberme avisado, a mis padres no les hubiera importado recibirte por unos días —comentó preocupado.
—Eso no importa ahora. Severus se encontró con su padre cuando me buscaba. —La expresión de Remus le dijo que no esperaba oír nada bueno—. Él me dijo que estaba bien, que volvía a Hogwarts y no pasaba nada, pero... No he vuelto a verle. Sé que no estaba bien, Remus. Le pedí que se quedara por mucho que sabía que no podía hacerlo porque temía que esto ocurriera.
—Estás preocupado. —Sirius asintió en silencio—. Lo entiendo. Yo también lo estoy. Una situación así debió afectarle mucho.
Sirius sopló desesperado. Apoyó su nuca en el respaldo del sofá, mirando al techo. Sintió un leve apretón en su hombro a modo de ánimo.
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La rivalidad que crea la atracción
FanficEntrar a Hogwarts despierta un sentimiento único. Para muchos es considerado su segundo hogar. Severus lo verá como el único dónde podrá escapar de los abusos de su padre. Sin embargo, no todo será fácil para él, pues su turbia infancia provocó que...