Regulus estaba sumamente atendido por Severus, que consiguió los libros que necesitaba, le llevó la comida que había ido a buscar personalmente a la cocina y le ayudó a llegar a la sala común, así como salir de la misma para que Sirius pudiera ocuparse de él. Remus también ponía de su parte para ayudar a su amigo, explicándole a los profesores que podía llegar unos minutos tarde a clase debido a acompañar a su hermano menor a sus aulas, al menos a las que podía ir.
Sirius se había comportado como un auténtico hermano mayor al cuidarle, llevándole hasta un asiento en el aula, siempre pidiendo permiso a los profesores antes de hacerlo. Sprout estuvo feliz al verles actuar de aquella forma. Tanto por su alumno menor que después de todo decidía ir a clase, como su alumno mayor que tenía que ir corriendo de un lugar a otro para no faltar a las suyas.
Remus le acompañó cuando sus clases terminaron, así podría echarle una mano con Regulus, aunque no esperaban que Severus ya estuviera allí, ayudándole a recoger sus libros.
—¿Sientes mejor la pierna? —preguntó su amigo.
—Sí, aunque debo hacer caso a Madame Pomfrey y no confiarme. No quiero que esto dure más de lo necesario. —Regulus se intentó poner de pie, notando al instante el agarre de Sirius al que saludó con una pequeña sonrisa.
—Ya te he dicho que me esperaras, que vendría a buscarte —regañó.
—Perdón, no quería ser una molestia...
El primogénito le dio un beso en la frente, rodeando su cintura para ayudarle a empezar a caminar. Severus se ocupó de recibir las tareas de la profesora, quien le explicaba algunas cosas para que pudiera ayudarle.
—Me aburro bastante en la sala común —comentó algo entristecido.
Las clases habían terminado y ahora podría estar acompañado por Severus, pero había estado casi toda la mañana solo, salvo cuando su hermano iba a buscarle o llevarle a clases. Sólo había podido acudir a dos, aunque al menos una de ellas había sido herbología.
—¿Quieres venir a la Sala de los Menesteres un rato? Podemos avisar a Severus para que venga también.
—Pero la enfermera dijo...
—Puedo subirte en brazos por el atajo, nadie nos vería y podrías quedarte a dormir allí para no moverte tanto.
Regulus se lo pensó durante unos instantes. Claro que le gustaría poder aceptar, el plan sonaba genial, pero no le gustaba ir contra las reglas, más cuando eran las de la enfermera que le estaba haciendo el favor de atenderle y velar por su salud.
—Sirius no permitiría que te ocurriera nada, pero tampoco tienes por qué aceptar si no te sientes cómodo con la idea —dijo Remus.
El menor al final aceptó, sabiendo que su hermano tendría la situación bajo control. Le pidió a Remus que hiciera el camino primero para asegurarse de que nadie les vería ingresar, mientras le subiría por el atajo y le dejaría arriba, siendo ayudado por Remus para ingresar a la sala cuando Sirius se marchara a buscar a Severus.
El plan no tuvo ninguna fuga, sobre todo porque ese día no hacía tanto frío y los alumnos aprovechaban para pasear un poco por los jardines, disfrutando de la brisa. Sirius había esperado sentado en uno de los escalones del atajo secreto a que Severus llegara, pues había ido a buscar algunas cosas de Regulus, como su pijama, algún libro y sus tareas, por si quería realizarlas estando allí, aunque conocía suficientemente bien a Sirius y sabía que intentaría que desconectara un poco.
—Oh, pensaba que estarías arriba —musitó Severus al verle allí casi acostado en el escalón.
—Prefiero hacer el camino contigo. Además, Regulus está en buenas manos.
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La rivalidad que crea la atracción
FanficEntrar a Hogwarts despierta un sentimiento único. Para muchos es considerado su segundo hogar. Severus lo verá como el único dónde podrá escapar de los abusos de su padre. Sin embargo, no todo será fácil para él, pues su turbia infancia provocó que...