Los planos del mapa

1.1K 183 32
                                    


Remus llegó a la sala común de Gryffindor, que ya se encontraba desierta debido a que era algo tarde. Se retiró los zapatos antes de caminar por el pasillo, evitando molestar a los alumnos que ya dormían o al menos lo intentaban. James siempre se reía de aquello porque le parecía que pensaba demasiado en los demás, pero para él era lo correcto.

Entró sigilosamente en el cuarto, escuchando de forma inmediata los ronquidos de Peter.

—Remus —susurró Sirius, incorporándose un poco en la cama—. ¿Por qué has tardado tanto?

El castaño se acercó a su cama, retirándose la capa y dejando los zapatos a un lado. El moreno quiso encender una pequeña vela, pero Remus le dijo que no lo hiciera. Se escuchó el sonido de ropa, por lo que comprendió que su amigo se estaba cambiando antes de ir con él y sentarse en su cama con su permiso.

—Cuando me iba a ir de la enfermería, Pomfrey me ha pedido que esperara para acompañar a tu hermano a su sala común —dijo sin dar muchos rodeos.

—¿Regulus estaba en la enfermería? ¿Qué le ha pasado? —El castaño le hizo un gesto con la mano para que se calmara.

—Se sentía un poco mal, tenía fiebre y por lo que ha dicho la enfermera, se trataba de un resfriado simple. Le he acompañado hasta la entrada, así que no te preocupes. Estará bien.

Sirius asintió. Sin duda mañana en la comida se acercaría a preguntarle cómo se encontraba.

—Gracias por cuidarlo, Lunático. —Sirius se abalanzó sobre él, abrazándole fuertemente.

—No debes agradecerme nada. Somos como familia, ¿no? —El de mirada gris asintió—. Ahora descansa, no quiero que tu novio venga a culparme por tus ojeras.

—Mañana te contamos entre todos lo que ha sucedido mientras no estabas, ¿vale? —le propuso. Sabía que su amigo también se sentía cansado, por lo que era mejor cerrar los ojos por el momento.


Regulus se despertó por el ruido de sus compañeros de cuarto, que le obligó a levantarse y dirigirse al baño para darse una ducha rápida. Sin duda se sentía mucho mejor que el día anterior y supuso que se notaba en su rostro, ya que en cuanto Severus le vio, sonrió levemente.

Le enseñó los cinco dedos de su mano, indicándole que no tardaría más de cinco minutos en salir del baño. Debía aprovechar ahora que no estaba muy concurrido o tardaría en estar listo.

Entró rápidamente a una ducha libre y tardó dos minutos y medio en enjabonar su cuerpo y retirar la espuma. Tomó su uniforme limpio, alistando su camisa y su corbata mientras colocaba sus zapatos, intentando ahorrar el máximo de tiempo posible.

—¿Has terminado, Black? —preguntó un chico de su clase que también quería ducharse.

—Sí, ya puedes utilizarla —respondió retirando su ropa de allí.

Se despidió del chico que ingresaba en la ducha y salió corriendo del baño, encontrándose con Severus sentado en la sala común.

—Lo siento, no quería hacerte esperar. —Cogió aire, intentando relajarse.

—¿Puedes acompañarme unos minutos antes de ir a desayunar? —pidió el mayor.

Regulus asintió, caminando tras él fuera de Slytherin. Se extrañó cuando Severus miró a ambos lados, estirándole para hacerle entrar en aquella aula que usaba para verse con Sirius, aunque cuando le vio allí dentro comprendió un poco mejor la situación.

—Buenos días, Regulus —saludó Sirius.

—Buenos días. ¿Ha ocurrido algo? —Notó cómo Severus se disculpaba e intentaba marcharse, pero Sirius se lo impidió, cogiéndole de la mano.

La rivalidad que crea la atracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora