Los cuatro amigos llegaron a la clase de pociones con sus ojeras marcadas y sus sonrisas permanentes. Cualquiera pensaría que con las pocas horas que habían dormido estarían de mal humor, pero lo que habían logrado era superior a eso. Tras la emoción de la transformación y al llegar al dormitorio, no habían podido dejar de hablar sobre todo lo ocurrido, concluyendo así los apodos que tendrían cada uno de ellos como parte de los Merodeadores.
"Cornamenta, Canuto, Colagusano y Lunático". El mapa había sido firmado por cada uno de ellos. Ahora compartían un secreto inmenso.
—Veo que están de muy buen humor —comentó Slughorn al verles ingresar tres minutos tarde—. Me alegra que sea así. Podéis sentaros junto a vuestros compañeros para realizar la poción de protección contra las llamas.
El profesor al instante le indicó a Sirius que pasara por su derecha, pues ya había decidido que haría pareja con Severus. Desde el castigo no dejaba de juntarle en los trabajos conjuntos, aunque él no se iba a quejar por ello.
Caminó hasta el lugar, sentándose al lado de su novio. Le guiñó el ojo y observó tres ingredientes en la mesa.
—En esta ocasión, uno dará las instrucciones y el otro realizará la poción. —El hombre movió la varita, provocando que algunos alumnos tuvieran las manos pegadas en la mesa—. Queda prohibido hacerlo de otra forma y la nota será compartida.
La clase montó un bullicio al saber aquello. De todas las parejas, el que realizaría la poción era el que menos sabía sobre elaboraciones, aunque Remus veía la lógica en esa decisión.
—¡Qué suerte! —musitó Sirius moviendo sus manos libremente.
Giró su cabeza observando a sus amigos. James y Remus habían quedado con las manos sobre el pupitre, sin embargo Peter las podía mover, aunque por su expresión parecía que no era de su agrado. Recorriendo con la vista a otras parejas notó que Jackson le estaba mirando. Frunció el ceño al instante, haciéndole bajar la vista totalmente asustado.
—Black, concéntrate —susurró Severus.
—Sí, perdona. Cuando quieras empezamos. ¿Y los libros?
—Sin libros —respondió el Slytherin.
—¿Y cómo diablos vamos a hacer la poción? —cuestionó.
El profesor pareció reírse ante él, aunque no mencionó palabra alguna más que para indicar que podían comenzar con la prueba.
—Nos llevan enseñando esa poción desde primero, ya deberíamos saberla de memoria. —Severus se mantenía muy tranquilo. Era una elaboración para principiantes y él la conocía de sobra.
—Pues confío en que tú lo sepas, porque como dependamos de mí...
El chico asintió, trasmitiéndole toda la confianza posible. Ese era su mundo y en él podía sentirse bastante seguro. Conocía mucho más que cualquiera de sus compañeros, el mismo Slughorn se lo había confesado asombrado, indicando que en su vida sólo había conocido a una persona con ese entusiasmo en las pociones, aunque jamás le dijo de quién se trataba.
—Primero saca la sangre de la salamandra, con una cucharada bastará. —La cara de desagrado de Sirius fue evidente. Sabía que el animal estaba muerto, pero no le agradaba en absoluto estar manipulándolo para sacar su sangre—. Coge ese frasco, quítale la tapa y pon el colador encima. Puedes cortar de forma vertical su torso y dejarlo en el colador —propuso. No era necesario para la poción, sin embargo quiso que fuera lo más fácil para él.
—Mejor —dijo Sirius haciendo rápidamente el corte y soltando al pobre animal en el colador—. ¿Y ahora?
—Corta los hongos explosivos con cuidado en láminas, como si fueran rebanadas de pan.
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La rivalidad que crea la atracción
Fiksi PenggemarEntrar a Hogwarts despierta un sentimiento único. Para muchos es considerado su segundo hogar. Severus lo verá como el único dónde podrá escapar de los abusos de su padre. Sin embargo, no todo será fácil para él, pues su turbia infancia provocó que...