La rivalidad que crea la atracción

Típico de vosotros

Pasó de página en su libro flotador, encantado para estar en su línea de visión mientras estaba acostado en las piernas de Severus. No le gustaba en absoluto estudiar de esa forma tan aburrida, pero no le importaba quedarse un tiempo así, notando las caricias en sus rizos mientras escuchaba los susurros de su pareja, que tenía la costumbre de murmurar cosas cuando tomaba notas.

Sonrió al ver algunas cosas subrayadas y pequeños apuntes en los laterales de datos que parecían ser importantes.

—¿Estás seguro de que quieres que estudie con tus libros? Parece que te estoy usando para aprobar. —Tapó su boca al bostezar.

—No hay problema, sólo hay algunas notas escritas. Cosas que tú también habrías notado o buscado.

Las cejas de Sirius se alzaron. ¿Realmente creía que se iba a parar a buscar cualquier información que pareciera importante? Por supuesto que no, él no iba apenas a la biblioteca y si lo hacía era porque deseaba verle en algún momento o para acompañar a Remus.

No eran simples apuntes, eran horas de estudios. No le extrañaba en absoluto que su pareja tuviera tan buenas notas viendo todo ese trabajo, sin dudar ni un instante de su inteligencia o su capacidad.

—¿Me dejarías tu libro de pociones cuando termines? —pidió en voz baja, sin querer perturbarle mucho.

Severus cerró el tomo entre sus manos, entregándoselo al instante, sin dejar de acariciar su cabello.

—Mi curiosidad me podía —admitió el Gryffindor, abriendo el libro que aparentemente era igual que el suyo.

—¿Curiosidad de qué?

Le mostró una de las hojas que había abierto al azar, notando que incluso algunos pasos de las elaboraciones se encontraban tachados, añadiendo su propia forma de realizarlas considerando que el resultado era mucho mejor.

—Es casi un libro nuevo. Es como estudiar con la edición de Slughorn —bromeó admirando su talento.

El Slytherin se agachó para robarle un beso, aunque Sirius le impidió volver a su pose, ya que su mano fue directa a su nuca, sujetándole para que se mantuviera besándole unos segundos más.

—Sé que lo harás genial en los exámenes —musitó el mayor.

Tres fuertes toques en la puerta llamaron sus atenciones, siendo Sirius el que se ofreció para ir, dejando ese lugar que tanto le gustaba ocupar últimamente. Al abrir la puerta se encontró con sus tres amigos con rostros preocupados.

—¿Tienes un momento? —preguntó James, sin querer que Snape se enterara de lo que iban a hablar.

—¿Queréis pasar? —Quiso apartarse para que pudieran ingresar, pero la negación nerviosa de Peter le hizo darse la vuelta y avisar a su pareja que iba a salir un momento.

Al momento de cerrar la puerta, se vio arrastrado por sus amigos hacia una esquina apartada, donde podrían hablar con calma.

El de rizos enarcó una ceja, esperando que todo aquello no fuera una broma para preocuparle y luego decirle cualquier tontería.

—Tenemos un problema —susurró el cobarde de Peter mientras mordía sus uñas.

—¿Algo grave?

—Tienes que venir corriendo a la sala común con nosotros —dijo James en completa seriedad.

El suspiro de Remus le indicó que no se trataba de nada bueno, así que decidió acompañarles por el atajo más cercano, esperando a que ellos ingresaran primero por si le habían tendido alguna trampa, conociendo demasiado bien a sus amigos.