Había subido las escaleras emocionado por conocer el dormitorio de Remus, imaginando que sería sumamente ordenado y con decoraciones muy discretas, porque así era el muchacho que tanto le gustaba.
Así fue. Encontró el escritorio organizado con libros interesantes, pudiendo notar que algunos trataban sobre la licantropía, ya que él mismo los había leído.
Se vio ligeramente arrastrado hacia la cama, provocándole una risilla antes de volver a besarle.
Le gustaba ver ese cambio en Remus. Podía ser un amante salvaje y callado a ser uno sumamente considerado, delicado con el cuerpo de su amante.
Ninguno de los dos tenía experiencia previa, pero estaban disfrutando el conocerse y realmente Remus agradecía que no hiciera preguntas sobre sus cambios de humor.
Se acostó a su lado, notando lo poco que se parecía a Sirius. Probablemente porque Sirius siempre decía que él había salido a su padre, por lo que suponía que Regulus se parecía mucho más a su lado materno. Incluso en personalidad eran bastante opuestos, a pesar de poder llevarse bien y entenderse.
—Muchas gracias por venir a verme.
—Gracias a ti por invitarme.
—Tenía que hacerlo antes de que se aprovechen de nosotros para ir a ayudar en las reformas —bromeó el castaño, sabiendo que ambos estarían deseando ir a ver a sus amigos.
—Si no fuera porque Severus me escribió, pensaría que Sirius ya le habría envenenado con su arte culinario. —Pasó una de sus yemas sobre la cicatriz que le atravesaba su rostro.
—Regulus... —Se miraron dejando que el silencio hablara por ellos. Sabía que no tenía que contarle nada, aún así se sentía extraño al tener esa cercanía con alguien al que aún no le había dicho la verdad, aunque quizá no era ni necesario.
—¿Me darás algo a cambio por el desplazamiento hasta aquí?
Ambos sonrieron por la propuesta. La puerta estaba abierta, pero se encontraban solos en casa y lo estarían por una hora más, así que podía permitirse desnudar al menor y volver a hacerlo suyo, ahora sin temer por hacerle daño, porque su transformación había pasado.
—No puedo negarme a la petición de un invitado —comentó levantando sus brazos para que Regulus pudiera sacarle la camiseta.
Sirius se levantó en ropa interior, pues la noche había sido bastante calurosa y había terminado quitándose todo el pijama. Tocó la pared del pasillo para comprobar que el papel ya estuviera seco, ese maldito papel que tantos problemas le había dado para colocar, necesitando la ayuda de Severus para que no se hicieran arrugas.
—Buenos días. —Se giró para ver a su pareja con ropa doblada en sus brazos, llevándola al cuarto para guardar al fin las cosas en los armarios.
—Buenos días, cariño. —Sonrió al escuchar su risilla por la voz algo grave que le había salido, haciendo evidente que aún estaba más dormido que despierto—. ¿Ya está todo seco?
—Creo que le queda un poco a los pasillos de abajo, pero la pintura está perfecta —comentó desde el cuarto.
—De acuerdo. Me doy una ducha rápida, desayunamos y ayudo a ordenar algunas cosas.
Obvió el cerrar la puerta del baño porque le pareció totalmente innecesario. Si Severus quería entrar mientras él se duchaba, podía hacerlo sin problemas, aunque él parecía mantener aún su intimidad bastante protegida.
Pensó en qué podrían hacer ese día, ya que el anterior habían estado muy ocupados pintando la casa, dejando todo listo para comenzar a montar algunas cosas.
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La rivalidad que crea la atracción
FanficEntrar a Hogwarts despierta un sentimiento único. Para muchos es considerado su segundo hogar. Severus lo verá como el único dónde podrá escapar de los abusos de su padre. Sin embargo, no todo será fácil para él, pues su turbia infancia provocó que...