La necesidad de tener una familia

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Sirius volvió con una bandeja y en seguida fue a buscar las bebidas y unos postres que él mismo había elegido para darles un pequeño capricho a todos ellos.

—¿Todo bien, chicos? —preguntó al ver que estaban muy callados. Los dos asintieron disimulando bastante bien ante lo que acababa de ocurrir—. Pues vamos a comer. Bocadillo de ternera con queso crema y cebolla para Remus, uno de cerdo barbacoa picante para Reg —dijo mientras repartía los recipientes—, y el de pollo, bacon y queso para mí. —Tomó un trozo de la lechuga fresca que estaba dentro de su bocadillo para comérsela aparte. Muchas calorías, pero al menos todos los bocadillos llevaban vegetales, aunque dudaba que ese fuera un motivo suficiente para no preocupar a Sev, si es que estuviera compartiendo esos instantes con ellos.

—Toma una servilleta, que vas a necesitarla —bromeó Remus al ver el enorme bocadillo.

Con un par de dedos que aún tenía limpios, la tomó para dejarla a uno de sus lados. Su hermano estaba sentado junto a Remus y él echaba mucho de menos la presencia que siempre le acompañaba.

El menor tomó un trocito de pan y lo lanzó a los pies del árbol, causando que la ardilla bajara para cogerlo e irse corriendo por si se lo quitaban.

—Ojalá pudiéramos comer siempre en el campo —musitó encantando.

—Eso lo dices ahora. Cuando tuvieras problemas con las hormigas ya no te gustaría tanto. —El menor miró al castaño, que parecía haber vivido en el campo más de lo que él pensaba—. Hemos estado mucho en el campo —excusó para no revelar su condición.

El de ojos grises observó todo en silencio, notando que su amigo necesitaba que le echaran una mano para salir en una que él mismo se había metido. Así era él. Cuando se relajaba y se sentía tan cómodo, se le escapaban pequeños detalles que podían desvelar que no era un mago como cualquier otro.

—Reg, ¿sabes qué podría comprarle a Severus para su cumpleaños y Navidad? —interrogó limpiando sus comisuras.

—¿Aún le comprarás algo? —Regulus seguía dándole de comer a alguna ardilla que ya se animaba a acercarse un poquito más, mientras Remus tiraba algunas migas para los pájaros que estaban picoteando alrededor de otras mesas vacías.

—Por supuesto, pero estoy un poco falto de ideas.

—Pensaré en algo... —musitó repasando mentalmente si Severus le había dicho que le gustaba algo.

Remus guardó una risilla. Sirius comenzaba a recuperarse y eso suponía volver con Snape de nuevo, costara lo que costara. Quizá sí que le había ayudado el volver a hablar de nuevo con James y Peter, normalizar la situación y conseguir un ambiente mucho más seguro para él.

—Tendremos que darnos prisa, quieres hacer demasiadas cosas estos días —comentó Remus.

—Oh... Es cierto, aún no se lo he dicho a Reg. —El aludido prestó atención a lo que su hermano quería comunicarle—. Me voy a comprar una motocicleta como tanto he soñado.

—¿En serio? —Una sonrisa de incredulidad llenó su rostro. Sabía lo mucho que le gustaban a su hermano y que Alphard siempre decía a sus espaldas que él le compraría la primera. Al parecer el hombre iba a cumplir su sueño aunque no estuviera presente.

—Sí, pero aparte de eso... Voy a buscarme algún alquiler para empezar a vivir sin depender de nadie. —Regulus le felicitó por el paso. Le parecía la mejor idea para Sirius, ya que era muy independiente y le encantaba tomar decisiones como si fuera un adulto desde hace años—. Aún no puedo decirte que vengas conmigo, pero cuando seas mayor de edad... Tienes un lugar al que ir, ¿de acuerdo?

La rivalidad que crea la atracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora