El colegio se llenaba de los alumnos que deseaban ir a Hogsmeade para poder desconectar un poco, especialmente los de quinto curso, a los que aún les quedaba una semana de exámenes. Varios de ellos decidían aprovechar el tiempo para seguir estudiando, considerando que podrían salir la siguiente semana sintiéndose mucho más tranquilos sobre su futuro. Sirius no era uno de ellos. Ya había hecho los dos exámenes que le importaban para continuar compartiendo esas clases con Severus, así que con el resto sólo los completaría con las nociones que ya tenía.
—Remus, ¿de verdad quieres ir? ¿Seguro que no tienes fiebre? —Acercó su mano a la frente del castaño al ver sus mejillas rosadas, pensando que hacía un sobreesfuerzo para que no se vieran obligados a quedarse.
—Estoy bien, Sirius.
El castaño caminó hasta Peter, que les esperaba en la entrada del cuarto para marcharse de una vez. Desde que había despertado, Sirius había estado muy atento a él, algo que en otra ocasión vería normal y agradecería, pero no podía hacerlo después de recordar la imagen de su hermano totalmente desnudo.
Miró de reojo hacia su propia cama, preguntándose cómo estaría, sabiendo que había sido demasiado rudo.
«Aunque él tenía su varita y no me apartó», pensó intentando calmarse.
Escuchaba las risotadas de sus amigos, sonriendo para que no sospecharan de su actitud, aunque su mente estuviera algo perdida. Miró de reojo a Sirius. ¿Cómo podía continuar tan normal después de hacer algo tan íntimo? Lo peor era no poder preguntarle, porque sabía que las preguntas no tardarían en llegar y no podía contarle que se trataba de su propio hermano pequeño.
La suerte se rió de él al cruzar a los Slytherin frente a ellos.
—¡Pero mira quién está aquí! —exclamó Sirius, colgándose de la espalda de Severus tensándole en pocos segundos, sin olvidar de despeinar el cabello de su hermano—. ¿Tú también te estás resfriando? —preguntó al ver su rostro encendido.
—Le he dado una poción pimentónica para que no vaya a más —respondió Severus, cubriendo a su amigo.
—¿Me darías una después para Remus?
Fue entonces cuando Regulus aprovechó para mirarle, sintiéndose algo incómodo. Hubiera sido mejor quedar a solas y poder hablar del tema para prepararse mentalmente, sobre todo sabiendo que ninguno de los dos quería decirle la verdad a Sirius.
—¿No podéis hablar de camino a Hogsmeade? —cuestionó Peter, deseando ir a Zonko's.
—Podríamos ir todos juntos, así no tienes que elegir. —James se dirigió directamente a Sirius—. No queremos ser abandonados de nuevo. Nosotros solos no somos capaces de sacar a Remus de Honeydukes.
—¿De qué hablas? Si eres tú el que nunca deja la tienda de Quidditch —replicó el castaño.
Sirius pidió que se adelantaran, asegurando que iría en seguida con ellos para no tener que hablar con Severus frente a James, sabiendo que no se sentiría cómodo.
Regulus se apartó para darles espacio, pero prefirió no salir con la excusa de no estar a la intemperie más de lo necesario.
—Sé que no quieres ir con ellos, no tienes por qué aceptar. —En su rostro había una evidente tristeza, ya que era un momento que deseaba vivir desde hacía tiempo. Poder compartir tiempo con sus amigos a la vez que su novio era parte de sus sueños.
—No me apetece meterme en más problemas —musitó acariciando el moratón de Sirius.
—Te podría asegurar que no habrá ningún problema, pero entiendo tu decisión. —Tomó la bufanda del Slytherin y le puso la suya, divertido al ver el cambio de colores—. Nos veremos después, ¿de acuerdo?
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La rivalidad que crea la atracción
FanfictionEntrar a Hogwarts despierta un sentimiento único. Para muchos es considerado su segundo hogar. Severus lo verá como el único dónde podrá escapar de los abusos de su padre. Sin embargo, no todo será fácil para él, pues su turbia infancia provocó que...