6. El último zar

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Disclaimer: Los Vengadores son de Marvel y de Disney, solo la historia y los personajes que no reconzocan son míos. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Para luaspapas

Natasha Romanoff-Rogers no podía creer que esa era su vida ahora. Se encontraba en la cocina, viendo a sus hijos jugar juntos, mientras preparaba una lasaña para la cena. No celebrarían nada en especial, pero se le antojaba cocinar algo distinto aquella noche pues Steve había ido a unan reunión bastante larga con Tony Stark y sabía que llegaría muy estresado; aprovechó para poner una botella de vino, y una de jugo a enfriar, revisando el horno antes de ir con sus hijos, quienes reían ruidosamente, alegrando su corazón.

—¿Qué hacen, мои любимые?—preguntó la madre con una sonrisa.

Nikolay, el mayor de ellos, había salido de la casa, trabajando fijamente en el cristal de puerta corrediza, supervisado atentamente por sus hermanas.

—¡YANDO!—anunció Patty, feliz.

La espía negó con la cabeza, aún le era difícil entender el pequeño lenguaje que iba creando su hija menor. A diferencia de su hermana Allysson, que desde que la conocieron tenía un lenguaje completo y lleno de palabras.

—Estamos jugando, mamita bonita—dijo Allysson, traduciendo a su hermana—¿Quieres ver?

Natasha frunció el entrecejo, al ver como Niko le indicaba que saliera con él al jardín. No pudo evitar soltar una carcajada al ver los dibujos que había hecho el chico en el cristal. A sus diez años era un gran dibujante, eso no se podía negar, pero había puesto ridículas coronas, sombreros y bigotes para que sus hermanas pudieran alcanzarlos. También usaba un espejo para que las niñas vieran sus creaciones desde adentro, haciéndolas reír a carcajadas.

—¿Así que están pintando en la puerta, маленькие хулиганы?—dijo Natasha alzando una ceja.

Allysson se apresuró a negar con la cabeza

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Allysson se apresuró a negar con la cabeza.

—¡No somos vándalos, mamita, somos niños!

Niko negó con la cabeza, abrazando a su madre por la cintura mientras ella tomaba algunas fotografías de los chicos, seguramente Steve adoraría ver esto. Aunque el soldado pudo ver aquello de manera presencial, pues en estaba entrado a la casa con una sonrisa enorme, el escudo en la espalda y un gran archivero en las manos.


—¡PAPI! ¡PAPI!—gritó Patty, alertando a sus hermanos de su presencia.

 —¡PAPI! ¡PAPI!—gritó Patty, alertando a sus hermanos de su presencia

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Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora