Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos.
No hate, por favor. Solo crítica constructiva.
Para Mena.
You regret me and I'll regret you
Except I don't care what you feel
El edificio abandonado parecía un buen lugar para explorar, o eso es lo que aquellos chicos pensaban. Tenían dieciséis años, para ellos lo único que existía era la aventura. Armados con las cámaras de sus teléfonos móviles, estaban decididos a conseguir un video paranormal que los hiciera famosos en internet. Reían y bromeaban entre ellos, quedándose sorprendidos al ver una figura sentada en lo alto del techo.
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—¿Qué?—preguntó la chica, parecía ser una adolescente como ellos—¿Esperaban otra clase de fantasma?
—¿Quién eres tú?
Los tres rieron, nerviosos. La rubia frente ellos estaba vestida completamente de negro, la ropa de cuero cubría un delicado cuerpo que los varones estaban seguros de poder romper, a pesar de lo mucho que perturbaba la máscara de calavera que cubría su boca.
—No deberían estar aquí...las cosas pueden terminar muy mal.
No les gustaba en absoluto su tono de voz, había algo frío y vacío en ella. Como si esa chica no sintiera nada. Se levantó con gracia cuando los otros tres la rodearon, acercándose como depredadores ante una presa indefensa.
—¿Nosotros terminaremos mal, chiquilla?—se burlaron—Pero si eres tú la que quiere divertirse con nosotros...
—¿Sí?
—Estamos buscando una aventura, podríamos empezar contigo.
Uno de ellos intentó tomarla de las muñecas para someterla, solamente para ser empujado con fuerza. La pelea comenzó, el chico sentía que podría vencer a una chica visiblemente menor, pero se quedó helado cuando la misteriosa rubia lo sostenía por el cuello, cortando la respiración eficientemente. Sus amigos se encogieron al escuchar como tronaban sus huesos, viendo horrorizado a la rubia empujar el cuerpo desde el techo.
—¡ESTÁS LOCA! ¡ASESINA!
—¡ERES UN MONSTRUO!
—Ustedes se han metido en mi territorio...
La chica no estaba en absoluto perturbada por lo que había ocurrido, caminando con paso seguro a los otros dos. Soltó una risita al notar que el más alto de ellos había mojado sus pantalones, aterrados.
—¡NO NOS HAGAS NADA! ¡POR FAVOR! ¡NOS IREMOS! ¡NO LE DIREMOS A NADIE LO QUE PASÓ!
Pero la rubia chasqueó la lengua, divertida. Parecía que estaba disfrutando aquello. Al notar la chispa en sus ojos, los dos adolescentes comenzaron a correr, pero era inútil. La muchacha era bastante más rápida y atrapó a uno de ellos, poniendo el pie frente a su tobillo para que resbalara y se fuera al precipicio. Sonrió de lado cuando vio al otro chico ponerse de rodillas.
