49. маленький товарищ (El pequeño Camarada)

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel; solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos. 

NOTA: Negritas en ruso 

Para Lua, Nathie y todos los que querían saber más de la historia de Niko. 

―Por favor, Nathie...deja de llorar.

Niko odiaba aquella casa y la familiaridad que intentaban poner en ella. No sabía cuales eran las intenciones del camarada al tenerlos en aquella casa en Yakutsk. Habían pasado varias semanas desde el día la última vez que habían visto a Julianne o a Petrovich, solo les habían dejado comida suficiente para sobrevivir y un poco de fórmula para la bebé que estaba cerca de ellos, pero había demasiado frío para dos niños tan pequeños.

―Mami, mami...

Nathalie, así le habían puesto a la pequeña antes de que Petrovich la alejara de ellos. Seguía sin entender porque la habían llamado así, o siquiera porque se encontraba en la casa junto a él. Desesperado, se arrodilló frente a ella en el suelo; no entendía que pasaba pero le estaba causando dolor de cabeza.

―Lo siento, Nathie. Tu mami no puede venir ahora―Niko decidió mentir, porque él estaba seguro que la niña era un experimento como él―Están ocupados, además...―le señaló la ventana―aquí dentro estamos calentitos, nos dejaron para protegernos del frío, ¿lo ves?

La niña se frotó los ojos, con la mirada fija en la espesa nieve que llevaba días cayendo. Como pudo, se bajó de la mesa, extendiendo las manos al cristal de la puerta de aquella casa de campo.

―¡NIEVE! ¡NIEVE!

Niko se acercó al escuchar la emoción de la niña, cuidando que no fuera a caerse. Sabía que Nathalie se enojaría si algo le pasara, y también él deseaba que alguien cuidara así a su hermana, aquella a la que veía en las pantallas de Petrovich. Su razón para ser un buen chico.

―¿Te gusta? Si mañana no hace tanto frío podríamos jugar en ella...¿qué opinas?

Nathalie hizo un puchero, tenía casi tres años y no entendía muchas cosas a pesar de lo bien que hablaba en inglés y ruso.

―¡Hoy! ¡Hoy! ¡Quiero ir hoy!

―¿No quieres leer mejor un cuento de los que hemos estado viendo?―preguntó, señalando los tres libros que había dejado Julianne para que se entretuviera―Te gusta mucho el de Baba Yaga, vamos a leerlo de nuevo.

―¡Aburrida!

La pequeña rubia no tenía mucho interés en las cosas que le decía, porque el tedio se apoderaba de ella. Para sorpresa de Niko, se dejó caer en el suelo, sollozando fuertemente.

―No, por favor―imploró el pequeño―¡Ya no llores! ¡No es bueno!

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―No, por favor―imploró el pequeño―¡Ya no llores! ¡No es bueno!

Tenía cinco años, sabía muy bien que si alguien se enteraba de que estaban llorando serían castigados, como ocurría siempre que un alumno de la Sala Roja dejaba de obedecer. Sin embargo, Nathalie no entendía nada de eso, la desesperación de pasar varios días con un extraño comenzaba a sentarle mal.

Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora