5. You're never fully dressed without a smile.

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Disclaimer: Los Vengadores son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconozcan me pertenecen.

Nota: Negritas es ruso.

Allysson abrió los ojos, recordando lo que había pasado, no sabía si habían sido momento, horas o días antes, pero la niña sentía el corazón en la garganta como si apenas hubiese ocurrido. Lo pasado volvía como duros golpes al centro de su estómago. Corina seguía viva, seguía siendo su peor pesadilla y se había llevado a su hermana menor.

—¿Annie?—preguntó intentando levantarse.

Estaba en una cama de hospital, eso era seguro, pero no podía decir si era donde había nacido Patty o en la base de los Vengadores, o en otro lugar, lejos de las personas a las que amaba. Cada respiración le costaba una eternidad, pero tenía que seguir despierta; hasta que estuviesen seguras que estaban a salvo, al menos su hermana. Recordaba las palabras que le había dicho a los secuestradores; que ella se quedaría con ellos, para que la venderían con los miembros antiguos de GENESOL a cambio de que liberaran a su hermana. Allysson iba a cumplir su promesa, porque eso le habían enseñado sus padres, si debía quedarse con los secuestradores para salvar a Annie, lo haría sin pensarlo.

—Tengo que encontrarla—susurró, cada vez más nerviosa.

En otra sala del hospital, Steve intentaba que Natasha dejara que le revisaran las heridas. Las enfermeras se habían llevado a Patty hacia unos minutos, pero la Viuda Negra no podía quedarse en paz. Sentía la falta de sus hijas en sus brazos, como en el momento en el que se enteró que habían sido secuestradas. La misión para encontrar a Yelena Belova solo la dejó con más dudas que respuestas, pero nada se comparaba al momento en que escuchó a sus amigos decir que ni Ally ni Patty estaban.

—Debes dejar que te revisen, muñequita—susurró Steve con tristeza—No podemos hacer nada hasta que estés bien.

—¡Mírame, Rogers!—exigió la pelirroja, con el hombro y la frente sangrando—¡No me ha pasado nada, con un carajo! ¡Solamente necesito ver a mis niñas!

Steve la tomó con fuerza por la cintura, haciendo que se sentara junto a ella en sus piernas. Natasha intentó pelear, pero era inútil; su hombro lastimado le impedía hacer el esfuerzo que quería. Lágrimas de rabia corrían por sus mejillas.

—Patty está con Betty, nena, ella no dejará que le pase nada.

—¿Y Alya?—espetó Natasha—¿Quién está con mi otra bebé?

—Bruce, ninguna de las dos está sola.

Lo cierto era que el doctor Banner había ido a revisar los resultados de los análisis sobre el gas que habían puesto en la casa de los Rogers, para saber si era seguro que regresaran a ella, así que Allysson si se encontraba sola, pero eso no lo sabía ninguno de los padres. A medida que la niña crecía, cada vez era más resistente a cualquier cosa que intentara someterla, entre ellos sedantes y anestésicos.

—Necesito ponerle puntos, agente Romanoff—se disculpó la enfermera.

Natasha se descubrió el hombro de mala manera, lastimándose aún más.

—¡Qué sea rápido!

Steve negó con la cabeza, pues si fuera su decisión su esposa también se quedaría hospitalizada hasta que pudieran comprobar que estaba fuera de peligro, pero conocía lo testaruda que podía llegar a ser, así que se resignó a hacerle mimos en el rostros y los brazos mientras terminaban de hacerle las curaciones. Natasha, negándose a permitir que una simple herida la detuviera, apresuraba a la enfermera a que terminara de una buena vez.

Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora