43. Las Mosqueperritas

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel; solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos.

NOTA: Negritas en ruso.

A los diecisiete años, Patrice Anne Rogers sabía que tenía una vida especial y diferente por delante. Después de todo, no cualquier persona podía decir que era hija de los Vengadores originales y hermana de los nuevos, aunque últimamente casi no veía a los últimos debido a sus trabajos, cada vez más ocupados.

—¿No vendrán a cenar hoy?—preguntó haciendo un puchero.

—Lo siento, mi arcoíris—dijo Natasha, dando un beso en la frente de su hija.

Patrice se mordió el labio, pensaba que sería más fácil pedir permiso para salir con sus amigas si estaban Niko y Allysson para apoyarla; pero ahora estaría sola con sus padres. Steve se sentaba en el centro de la mesa, mientras que Natasha estaba a un lado y Allysson en otro.

—Se siente muy vacía la mesa—susurró la adolescente—¿Cuándo podrán venir?

—Tarde o temprano tus hermanos tendrán que hacer su vida aparte de nosotros aunque no nos guste a ninguno de los dos—dijo Steve, tomando la mano de su hija—Te prometo que todo estará bien.

—Los extraño—dijo Patrice.

—Nosotros también, mi arcoíris; pero pronto vendrán tus hermanos y quizá podremos ir a unas vacaciones familiares, ¿qué opinas?—intervino Natasha.

La chica asintió en silencio, jugueteando con las piezas de comida. Sus padres hablaban de cosas del trabajo; no por nada seguían siendo los directores de la iniciativa Vengadores.

—Mami, Cecilie me invitó a una fiesta—dijo la chica con una media sonrisa, siempre había tenido la confianza de hablar con sus padres—¿Puedo ir?

—¿Dónde será?—preguntó Steve—¿Habrá alcohol? ¿Quién más te acompañará?

—Barbara, Harley y Ceclie—continuó—mis amigos, supongo que habrá otros chicos de la escuela, será en un bar cercano a la casa de uno de ellos.

Natasha asintió con la cabeza; sabía que su hija no haría nada que la pusiera en peligro; además de que los chicos que irían con ella estaban entrañaros para protegerse de lo que fuera.

—¿Es hoy?

Patrice se había puesto tan roja como su cabello.

—Si...es solo que...olvidé decirles—dijo con una risita—quería que mis hermanos estuvieran aquí para que Allysson me ayudará a escoger mi ropa.

—Yo puedo ayudarte con eso—prometió Natasha—¿tienes alguna idea de lo que puedas ponerte?

—¡Que no sea muy revelador!—advirtió Steve.

La chica se cubrió el rostro con las manos, queriendo unirse en su plato de sopa.

—¡Qué vergüenza! ¡Mami! ¡Haz algo! ¡Sabes que nunca he usado nada así! ¡En mi vida!

El antiguo Capitán América soltó una carcajada, entendiendo lo que decía su hija. Natasha solamente alzó una ceja.

—Steve, no es la primera fiesta a la que las niñas van. 

—Yo te llevaré, mi rojita—dijo el soldado—Cuando sea tarde, si quieres...puedo ir por ustedes.

—Creo que la tía Bobbi pasará por nosotros.

Natasha sonrió aprobatoriamente, Bobbi había logrado formar una relación tranquila con sus hijos, comenzando a hacerse buenos amigos. Consultando el reloj, la Viuda Negra se puso de pie, viendo a su hija a los ojos.

Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora