40. Días festivos

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel; solamente los personajes que no reconocen son míos. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Para Heima_Romanoff   

Natasha se sorprendió al recibir el correo postal de parte de Clint. Estaba acostumbrada a que se enviaran las cosas por medios electrónicos o simplemente se comunicaban por llamadas.

—¿Cariño?—preguntó Steve, abrazándola por la cintura—¿Crees que sea correo de fanáticos? ¿Cómo conseguimos que ellos nos dejen en paz?

—No es eso, amor—Natasha besó su mejilla—Sabes que Niko se ha encargado de que esta casa esté protegida.

—¿Entonces?

—Clint me ha enviado las invitaciones para la fiesta de Iván, quiere que las reparta con el resto.

—¿Le harán una fiesta?

—Parece que no fui la única que cambio de opinión cuándo le llegó un hijo que no esperaba—dijo la espía con una media sonrisa, viendo a Allysson que se entretenía con un programa de televisión—Laura quiere remediar los daños que ha vivido el chico, por eso la fiesta...nunca ha tenido una. Tuvo la idea desde el cumpleaños de Niko.

—Entonces, iremos a la granja—celebró Steve.

Niko escogió ese momento para bajar corriendo por las escaleras, con un juguete en la mano. Sus padres se levantaron justo a tiempo para verlo caer por ellas, intentando levantarse con los ojos llenos de lágrimas.

—Mi zorrito, ¿qué ocurrió? ¿Por qué corrías?—preguntó Natasha, inclinándose contra ella—¿te duele?

El niño solamente apretó las manos, viendo sus rodillas llenas de sangre. Iván Petrovich le había enseñado que no debía llorar, así que él se levantó apresurado y sonrojado.

—No, no es nada—dijo con rapidez—Lo siento, no quería hacerlo. Fue un accidente.

Steve y Natasha intercambiaron una mirada, sabiendo que Niko era mucho menos expresivo que su hermana. El soldado no tardó en tomar a su hijo en brazos, sentándolo en la barra de la cocina.

—¿Qué necesitabas, campeón?

El pelirrojo siseó hasta al sentir el contacto de la sustancia desinfectante con su piel. Allysson, alertada por lo que pasaba con su hermano, se despegó del televisor y avanzó a ellos, acomodándose con dificultad en una de las sillas para tomar la mano de Niko.

—¿Qué te pashó?—preguntó con la cabeza ladeada.

—Me caí—dijo el chico, limpiándose una lágrima—pero no es nada...

—¿Lele musho? ¿Beshito mejod?

Allysson no esperó una respuesta, le dio un beso en la mejilla a su hermano, enrollando los brazos en su cuello con delicadeza. Niko sonrió levemente.

—Gracias, Alya.

—No pasha nara si llollas—indicó la niña—No pasha nara shi te caesh, ¿veda mami?

—Así es, shvíbzik—dijo Natasha—¿Lo ves, mi zorrito? Ni te has dado cuenta que tu papá terminó de curarte.

—Yo...—Niko vio su rodilla, ahora cubierta con una bandita—escuché que hablaban de mi tío Clint y pensé que había venido, por eso corrí—confesó.

Natasha lo abrazó, sintiendo ternura.

—Lo siento, campeón, pero tu tío no ha venido, solamente nos ha mandado unas cosas—dijo Steve.

Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora