35. ¡Qué el universo se vaya al carajo!

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Disclaimer: Los Vengadores son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconozcan, me pertencen. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Digamos que esta es una escena perdida, o extra, entre los capítulos 6 y 7 de Rebirth 2: La Cruzada de los niños. Si quieren leer el contexto, allí pueden encontrarlo. 

Para -myaddiction 

La mente de Natasha iba a mil por hora, ni siquiera podía procesar el hecho de que estaba que estaba caminando a una misión potencialmente peligrosa; la iniciativa Vengadores dependía de esa maldita reunión. Sin embargo, ella no estaba pensando en eso, no ideaba una forma de salir de eso lo mejor posible. Sintió la mano de Steve entre la suya, pero no respondió al gesto.

—Somos malos padres, Steve.

El soldado se detuvo en seco, haciendo que su esposa se detuviera con él.

—Tenemos un trabajo, cariño—suspiró Steve—Créeme, a mí tampoco me gusta la idea de dejar a Patty de esa manera, pero le debemos esto al universo. Somos los Vengadores.

La espía no le respondió. Estaba segura que si hablaba, comenzaría a gritar. No había querido ir; se lo había dicho a Steve, que se quedaría con Patrice hasta que su hija despertara. Ella recordaba muy bien lo que se sentía el despertar solo después de un ataque brutal. Le carcomía la consciencia saber que la estaba dejando por la maldita política de su país, ni siquiera era algo que valiera la pena, cómo hacerle justicia.

—Está con sus hermanos, arañita—Tony sonrió con tristeza—Además, Pepper estará pendiente de ellos en todo momento.

—No es suficiente—dijo la espía—Yo debería estar con ella.

¿Cuántas veces había tenido que sufrir sola en la Sala Roja? ¿Cuántas veces Niko había estado aislado por culpa de Petróvich? ¿Cuántas veces Alya fue encerrada en jaulas para perros? No era justo que Patrice pasara por lo mismo, su hija tenía una vida diferente, oportunidades diferentes.

—Tienes que sobreponerte, Nat...—dijo Bruce con simpatía—Trabajo es trabajo.

Natasha entró al Quinjet, sin decir ni una sola palabra. Parecía que Wanda era la única que comprendía su necesidad de volver con su hija. Lo único que había escuchado de ella antes de irse eran los pequeños gemidos de dolor que salían de su boca de vez en cuando.

—No puedo seguir aquí.

Un dolor en la boca del estómago fue tan fuerte para ella, que se sostuvo de la puerta de la aeronave. Sentía el ataque de pánico invadir su cuerpo, no podía respirar.

—Continuaba con la situación...—dijo Fury, explicando a los Vengadores lo que deberían decirle a los funcionarios del gobierno—Lo mejor es que el presidente esté de nuestra parte, sintiendo el apoyo de los Vengadores, es la única forma de encontrarnos dentro de la política para darnos una idea de lo que esta sucediendo dentro.

Los sonidos se fueron haciendo más lejanos, le zumbaban los oídos. Lo único que venía a su mente eran los gritos de su hija. Natasha no podía seguir en ese lugar, no era capaz de hacerlo. Se estaba mareando, quería salir de ese lugar. Todos sus instintos le decían que corriera a casa, a ver a sus hijos, a abrazar a Patrice; a protegerla de todo lo que ella misma había sufrido. Dio un golpe a la pared, sobresaltando a todos sus compañeros.

—¿A dónde vas, Romanoff?—retó Fury, viendo com Natashas se aproximaba a la salida.

Parpadeó varias veces, incapaz de creer lo que le estaban diciendo.

Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora