Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERS

38. Parches y Remiendos

Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no conozcan me pertencen. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Para Remmy4567 ¡Gracias por ayudarme a ganar mi concurso!

Natasha se quedó en silencio cuando vio aquel pequeño armario en la que había sido su habitación.

—¿Todo esto era tuyo?—cuestionó Niko.

—Compartía el cuarto con mi hermano, pero casi todo era mío, mi zorrito.

El pelirrojo abrazó a su madre, sintiendo que lo necesitaba. Cada vez se sorprendía más, su intuición le decía que eran demasiadas las razones de su madre para no ir a Rusia y aunque se sentía un poco mal por haberlo hecho, tenía la impresión de que era necesario.

—¿Por qué compartían un cuarto?—el pelirrojo ladeó la cabeza—¿Y armario? ¿Qué tal si se confundían?

La espía soltó una carcajada, admirada ante la mezcla de inocencia en inteligencia de su hijo mayor, lo abrazó, sentándose en la pequeña cama que crujió bajo su peso.

—¿Tu confundirías tu ropa con la de Alya? ¿O la de Patty?

Niko hizo un mohín, contrariado ante aquella pregunta, o la posibilidad de que eso pasara.

—¡Por supuesto que no!—Niko se llevó las manos al pecho, imitando a su tío Tony—¿Cómo me voy a poner eso? ¡Es muy chiquito! ¡Y es rosa!

—¿Lo ves, mi amor?—Natasha rozó la nariz con la de su hijo—Era imposible confundirnos.

—Aún así, es raro—dijo el niño—Yo nunca he tenido que compartir nada con nadie.

Los dos pelirrojos se vieron a los ojos, sabiendo qué era lo que implicaban aquellas palabras. Niko nunca había tenido que compartir, pero no por ser un niño consentido, sino porque estaba solo todo el tiempo. Natasha solamente lo abrazó más fuerte, deseando poder borrar todo lo que había vivido su hijo durante el tiempo que estuvo lejos de ella.

—Ahora tendrás que hacerlo—Natasha unió su mejilla a la del niño—Porque tienes dos hermanas, que seguramente querrán ver, hacer y tocar todo lo que tu hagas.

Niko la vio con el entrecejo fruncido, confundido.

—¿Por qué lo dices, mami?

—Porque así era la vida que yo tenía con Nikolay—Natasha sonrió de lado—Él siempre quería hacer todo lo que yo hacia, a veces era muy irritante.

—¿Y nunca le dijiste que no? ¿O lo regañaste?—preguntó el pelirrojo, enojado.

—Más de una vez—Natasha soltó una risita en confianza con su hijo—pero mi madre solía retarme todo el tiempo, decía que no era la forma de tratarlo, que los hermanos menores solo están aprendiendo.

—A veces Alya quiere entrar conmigo al laboratorio del tío Tony y jugar con todo—dijo Niko, enojado—¡Y eso no me gusta!

—Es normal, mi zorrito, sobre todo con Alya que es una niña tan curiosa—respondió la madre—Patty seguramente hará lo mismo cuando sea mayor.

—¡NO! ¡NO CREO!

—Por supuesto que si—Natasha suspiró—Es algo natural entre los niños.