Disclaimer: Los Vengadores no me pertecenen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos.
NOTA: Negritas en ruso
Para nxtstxv
Esto ocurre dentro de los momentos del episodio 23 de Proyecto Rebirth 939.
Natasha no podía decir que estaba enojada con Steve por haberse ido, al menos no exactamente, pero la frustración se la estaba llevando poco a poco. Alinka había decidido que lo mejor era dejarse caer en una pila de hojas que se había formado en los jardines, así que ahora estaba llena de tierra. La había tomado en brazos antes de que decidiera marchar directamente al laboratorio para seguir jugando con Tony.
—Antes de que puedas jugar, tienes que darte un baño, shvíbzik.
La niña veía al frente, los brazos cruzados, sin darle prestarle atención a su madre. Estaba enojada desde el momento en que la habían sacado de las hojas, porque sabía lo que venía para ella.
—¡NO ME QUEYO BAÑAD!
Con un bufido, Natasha se sentó junto a ella. Si era honesta, se sentía un poco ridícula al estar en el suelo, pero tenía que hacerlo por ella. Algo había cambiado en los días anteriores, había empezado a comprender el sufrimiento de Alinka.
—¿Por qué no te gusta bañarte, Alya?
—¡NO ME YUSTA!—respondió, petulante—¡Quieyo tele!
—Tiene que haber una razón.
—Esh feyo...—la niña tomó aire, Steve le había dicho que debía confiar en Natasha—no me yusta hablad de esho.
—¿Y por qué, mi bebé?
El nombre cariñoso, junto al hecho de que Natasha la atrajera a su regazo, hizo que la pequeña comenzara a llorar. La espía esperaba muchas cosas, pero no aquello. Alinka rara vez lloraba de esa manera, con una tristeza verdadera, lo suyo siempre solía se rabia contenida.
—Mami...yo...
—Está bien, Alya—susurró—Puedes contarme lo que quieras, o no.
—¡Abatio!—dijo la niña.
Natasha aceptó, besando la cabeza de la niña. Realmente no sabía que decirle, porque sabía que tenía que hablar a su propio tiempo. Alinka se tronaba los dedos, intentando explicarle a su madre lo que pasaba por su mente infantil.
—Vamos, mi bebé—susurró la pelirroja—Yo sé que puedes contarme, confía en mí.
Ese era un pedido muy arriesgado, la niña podría cerrarse completamente o decirle la verdad. Alinka respiró más de una vez, su corazón se aceleraba mucho. Las manos de su madre no tardaron en encontrarse con las suyas, apretándolas para darle un poco de seguridad.
—El ofanato...el hopital—comenzó—me bañaban depuesh de las coshas feyas.
Las lágrimas corrían por sus mejillas, pero no eran las únicas. Cientos de recuerdos se arremolinaron en la mente de Natasha, cada uno peor que el otro; todos referentes a la Sala Roja.
—¿Que dices, Natka? ¿Te bañarás conmigo?
Recordaba correr, esconderse de Iván, hacerse lo más pequeña posible entre la cabecera y el colchón para que ese hombre no la encontraba. Perder el peso suficiente para no ser atractiva, dejar las duchas.
—¡Natalia Alianovna Romanova!
Los baños de agua helada de Madame B eran casi tan horribles como las situaciones con Petrovich. Decía que las preparaba para sobrevivir en el invierno ruso, pero solamente era otra forma de tortura. Las niñas que habían muerto bajo esas duchas en el hielo, eran rostros que nunca olvidaría.
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Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERS
Science FictionPequeñas historias, universos alternos, futuros posibles y espacios que quedaron vacíos de mi historia: Proyecto Rebirth 939.