13. El corazón del zorro

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconzcan son mios. 

NOTA: Negritas en ruso.

Para Luaspapas.

Paso Dyatlov, Montes Urales, Rusia.

El general Vladimir Nagorni caminaba a paso firme hasta la base militar. Apenas habían pasado seis meses desde la extraña muerte de Iván Petróvich y él ya había retomado el control completo de la organización. Como siempre, nadie en aquel gélido país hacia preguntas; solamente se les daba la orden de obedecer al presidente. Y las ordenes eran muy claras, había que limpiar todo el desastre que el antiguo Secretario de Estado dejó tras él. Odiaba el maldito frío de Siberia, pero era la única forma en la que podía cumplir con su deber.

—¿Qué información tienen para mí?—bramó—¡Debo entregar los reportes para cerrar el caso de Petrovich mañana mismo!

Sus subordinados se encogieron temerosos al escuchar su voz. Finalmente, una mujer de entre ellos, se acercó con una enorme carpeta llena de fotografías.

—Lo lamento mucho señor Nagorni—dijo con la voz temblorosa—Ese caso no puede ser cerrado.

—¿Cómo que no?

—Aún queda un cabo suelto.

El general Nagorni estaba a punto de pegarle un golpe a la pared cuando escuchó aquellas palabras.

—¡Eso no es posible!—gritó alzando ambas manos—¡Nos hemos asegurado que todo quedara en orden!

—Falta el niño, señor—habló la mujer—Nikolay Ivanovich Petrovich sigue con vida.

—¡Claro que no!—rugió—¡Yo mismo recogí el cadáver! ¡Vi como se le hacían pruebas de todo tipo! ¡Le entregué todo el dinero de ese maldito niño a Clint Barton! ¡El vengador! ¡No me vengas con tonterías Glebskaya! ¡Sabemos que ese niño está muerto!

—El equipo de contra inteligencia ha estado trabajando, general, y encontramos pruebas de lo contrario.

Sin esperar a que su jefe lo diera otra respuesta, la mujer hizo correr una serie de imágenes donde se veía a un niño salir de la escuela: los rizos pelirrojos eran visibles y reconocibles, pero lo que aceleró el pulso del hombre fue ver quien le tomaba la mano. La Viuda Negra. Parecía que, sintiéndose segura en América, no le importaba mucho tener que esconderse.

—¡Esa maldita traidora!—bramó el hombre—¡Debí haberlo sabido!

En la pantalla seguían corriendo fotografías de Natasha, Nikolay y su pequeña familia, completada por el Capitán América y una niña rubia que no se soltaba de la mano del chico. Quedaba poco o nada del entrenamiento y la tortura psicológica a la que lo había sometido Iván Petrovich.

—¿Cuál es el plan de acción ahora, general?—quiso saber uno de los hombros—El presidente espera que entregue los reportes firmados en menos de 48 horas.

—¡Al diablo el presidente!—gritó—¡Esto es personal!

Vladimir Nagorni había sido una de las personas que más sufrió la venganza de la Viuda Negra, cuando esta logró deshacerse de la Sala Roja, o al menos creyó hacerlo. Junto con Iván, había sido uno de sus mayores torturadores, lastimándola de maneras indecibles; por lo que la espía se había tomado su tiempo para vengarse de él. Si estaba vivo era gracias a la poderosa influencia de su familia en el gobierno y en la KGB; así como la oportuna aparición de Clint Barton en la vida de Natasha Romanoff.

Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora