Multiverso 9. Del suelo a la última estrella.

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertencen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Para LualyubitNiko 

Los cientos de procedimientos que había sufrido durante su estancia en la Sala Roja no se comparaban al momento del parto. Natasha cerró los ojos, sabía que si gritaba sellaría tanto su destino como el de su hijo.

—¿Qué demonios estás esperando, Romanoff?—murmuró Dreykov, consultando su reloj—Vas a parir al niño o tendremos que sacarlo por la fuerza.

Natasha apretó los dientes, si la anestesiaban, no volvería a ver a aquel bebé. Recordaba que empezaron el proceso de inseminación desde que Petrovich consiguio el ADN del Capitán América, no tenía idea de como lo obtuvo; pero habían intentado inducir el embarazo en cientos de mujeres y solo con ella lo habían conseguido.

—Lo lograrás, Natka—dijo Alexei, estrechado su mano—¡Sé que puedes hacerlo!

Había visto al Guardián Rojo por primera vez en mucho tiempo después de que se confirmó que estaba esperando un niño. Dreykov estaba orgulloso y le permitía tener privilegios dentro de la Sala Roja, pero no era suficiente, la amenaza pendía encima de ella. Un solo pasó en falso y ese niño moriría.

—Solo quiero que esto termine.

—Tu dolor te hace fuerte—le dijo el Guardián Rojo.

Una punzada de dolor y las últimas contracciones llegaron, seguidas del llanto del niño. La Viuda Negra no pudo evitar las lágrimas que corrieron sobre sus mejillas cuando la enfermera se lo puso entre los brazos.

—Hola, Nikolay...—dijo la pelirroja, había decidido su nombre desde el momento en que supo que era un niño—Estarás a salvo conmigo, zorrito; no te haré daño.

Desde la noche de Marzo en que nació Niko, esa promesa aunque tuviera que vender su alma a la Sala Roja

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Desde la noche de Marzo en que nació Niko, esa promesa aunque tuviera que vender su alma a la Sala Roja. No estaba dispuesta a arriesgarse para que le pasara algo, sobre todo ahora que sus pesadillas se volvían realidad.

—El niño tiene el suero del supersoldado, camarada Romanova—concluyeron los científicos de la Sala Roja, un año después de su nacimiento—Aún no sabemos como se desarrollará, pero el niño tiene que ser entrenado.

—Tienen que irse de aquí—soltó Alexei—Estoy seguro de que podré contener a los hombres de Dreykov, pero deben salir.

—¡NO TE DEJAREMOS!

Sin pensarlo, Alexei tomó a Natasha con fuerza de los hombros, zarandeándola para que reaccionara.

Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora