45. Howard Stark.

362 24 107
                                    

Disclaimer: Los Vengadores son de Disney y de Marvel. Los personajes que no reconozcan son míos.

De Lua para Ale.

Nikolay Grant Rogers odiaba los domingos, desde que podía recordar. En un principio, significaban los únicos días donde en los que Petrovich estaba disponible para atormentarlo; ahora, con su padres, eran días de descanso, donde no podía estudiar cómo quería y, cuando tenían misión, debía pasarlos completamente en la granja, con la nariz arrugada por el eterno olor a excremento de animales.

—¡Nikita!

En el último año había aprendido que también había domingos buenos, sobre todo aquellos en los que podía estar todo el día en el laboratorio de su padrino, revisando cada uno de los aparatos que construía.

—¿Padrino?—preguntó con una media sonrisa, alzando la cabeza de los engranes mecánicos con los que trabajaba—¿Ya terminaron? ¿Podemos ir a jugar?

—Lo siento, mi muchacho—dijo el chico con simpatía—Pero tendrán que quedarse en mi casa por unos días.

Los ojos del chico se llenaron de lágrimas, pero hizo todo lo posible por no liberarlas. Contra su voluntad, las palabras de Iván Petrovich volvieron a su mente: ya estaba grande y los hombres no lloraban por estupideces.

—¿Qué pasará con mis padres?

Tony atrajo al niño a sus brazos, con simpatía. Veía un poco de su infancia en aquel pequeño, aunque sabía que sus amigos hacían un mejor trabajo para criarlo en un ambiente amoroso que Howard con él.

—Ellos irán a una misión, Nikita—intentó explicar—Van a buscar a un grupo de mercenarios que está intentando reproducir el suero del super-soldado para cosas malas.

—¿Estarán bien?

—Sabes que no irán solos...

—¿Me dejarás?

La preguntó surgió sin pensarlo, ruborizándose inmediatamente por haberla hecho. Tony, sin embargo, sonrió con ternura, honrado de tener la confianza del chico para mostrarse así de vulnerable.

—Yo no iré, Nikita. Alguien tiene que cuidar de Pepper y Morgan.

—¡Puedo ayudarte!—dijo el niño, emocionado.

—Así es, también te necesito para que Ally no se salga de control.

Necesitar era un concepto completamente nuevo para el pequeño; al que solamente habían acostumbrado a servir sin chistar. Eso era algo nuevo; lo que había descubrieron con Tony ni siquiera Lot tenía con sus padres. Aquella tarde, cuando se despidió de ellos, solamente sonreía.

—Volveremos pronto, mi zorrito.

—¡Me divertiré con mi tío Tony!—anunció.

En la casa de los Stark, a las afueras de la ciudad, Morgan y Allysson corrían bajo la supervisión de Pepper, mientras que Niko vagaba por el laboratorio de Tony, en el cobertizo, aburrido pues no podía meter la mano en los nuevos experimentos de su padrino.

—Te prometo que en cuanto esto sea seguro, podrás intentar todas tus ideas en él, Nikita.

—Está bien, padrino...mientras buscaré algo más que hacer.

—¿Seguro que no quieres ir a jugar con las chicas?

—Prefiero quedarme contigo.

—Trataré de acabar pronto.

Niko asintió, antes de retomar su caminata, explorando la montaña de chatarra acumulada en el cobertizo. Curioso, desempolvó una de ellas para leer lo que decía.

Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora