Disclaimer: Los Vengadores no me pertencen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son mios.
NOTA: Negritas es ruso.
Para mi Nathie en la vida real.
Nathalie se había acoplado extrañamente bien al mundo de los Vengadores, a diferencia de sus padres y su hermana. Por fin había encontrado un lugar al que pertenecia, con sus compañeros que poseían poderes tan extraños como los de ella. Junto a ellos, los días se hacían cada vez más llevaderos, a pesar de la ausencia de su madre y de Julianne, que se encontraban en una misión encubierta en Rusia.
—¿Nathie?—la voz de Tommy Maximoff la hizo levantar la cabeza del libro que leía aquella tarde.
—¿Qué pasa, Tommy?
A pesar de que la hija de Yelena Belova y el soldado del invierno tenía quince años, y su compañero cumpliría diecinueve se llevaban muy bien. Tommy jamás la había visto como una extraña, tendiéndole una mano amiga en vez de juzgarla.
—Tenemos que ir al entrenamiento hoy, ¿no lo recuerdas?—dijo el chico, inclinándose para verla a los ojos—¡Mamá y la tía Nat te han estado buscando!
Nathalie se golpeó la frente con la mano, pero no dejaba de sonreír.
—¡Lo olvidé!—reconoció—Mi papá me prestó este libro y estaba tan concentrada que pensé que entrenaríamos hasta mañana...
—¡Vaya, vaya!—dijo con una media sonrisa—Te prometo que no diré nada si tu no dices nada—prometió Tommy—Les contaremos a todos que habías estado entrenando por tu cuenta.
Nathalie se había puesto de pie al mismo tiempo que Tommy, ambos riendo mientras salían de las cocinas con dirección a las salas de entrenamiento. Apenas habían dado unos cuantos pasos, cuando el velocista la detuvo, la travesura en su rostro crecía mientras se acercaba a las alacenas.
—¿Qué haces Tommy? ¡No quiero que te metas en problemas por mi culpa!
El chico parecía no escucharlo, sacando dos enormes pedazos de brownies y entregándoselos a la chica.
—Si ya vamos tarde, ¿qué es lo peor que puede pasar?—se río Tommy—¡Vamos a comer algo para preparnos y demostrarles a todos que somos los mejores!
Ambos se sentaron en la encimera, disfrutando el manjar que tenían entre las manos.
—No digas eso, Tommy—reprendió la niña—Todos somos importantes, es lo que me han enseñado la tía Natasha.
Después de su madre, Natasha Romanoff era la persona a la que Nathalie más admiraba en el mundo, queriendo siempre honrar el hecho de que llevara su nombre.
—Y tiene razón, Nath—dijo el chico con cariño—pero nadie más hace lo que tu y yo hacemos, ¡es increíble!
—¿De verdad piensas que lo que yo hago es increíble?
—-¡Más que eso! ¡Eres lo más maravilloso que he visto!
Nathalie no pudo evitar ruborizarse mientras lo escuchaba, jamás se le hubiese ocurrido que su compañero la viera con tanta estima, así que solo negó con la cabeza; fijándose en el reloj.
—¡Tenemos que irnos ya! ¡Nos meteremos en problemas!
Como si lo hubiera activado con la voz, F.R.I.D.A.Y. habló en ese momento.
—-Señorita Barnes, Tommy...los están buscando y la Agente Romanoff no está para nada contenta.
Ambos se vieron alarmados y salieron corriendo a la sala de entrenamiento, llegaron sudorosos y con el corazón acelerado, haciendo que sus compañeros los vieran con travesura, mientras Wanda y Natasha compartían la irritación en sus rostros.
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Luciérnagas: One Shots Proyecto Rebirth 939 || ROMANOGERS
Science FictionPequeñas historias, universos alternos, futuros posibles y espacios que quedaron vacíos de mi historia: Proyecto Rebirth 939.