Una flecha directa al corazón

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La primavera era como una fiesta serena en un jardín, con un clima acogedor donde todas las flores despertaban de su largo sueño de invierno a disfrutar de sus mejores días embelleciendo los jardines, las flores de cerezo florecían y bañaban a todos con sus pétalos, los lirios dejaban exuberante aroma recorrer de un lado al otro la escuela de magia. Las peonias y gardenias competían entre sí a ver quiénes eran las más bellas, junto con otros de cientos de flores de todos tamaños y colores que no estaban en su mundo anterior.

Giyuu justo como las rosas hermosas del invernadero escondía sus peores males atrás de una fachada perfecta de sus esplendidos pétalos. Entre pequeñas miradas y comentarios bajos ocultaba toda la oscuridad detrás de él, pero como la misma primavera se negaba a mostrar las cosas feas aun, no era el momento para que eso sucediera y en el futuro vendrían muchos días de calor y frio que destruirían los pétalos de su fachada dejando ver las espinas ocultas detrás de mentiras.

Todo eso era la calma antes de las tormentas típicas a finales del verano.

El segundo evento se acercaba, como siempre se utilizaba la primavera para abrir el evento de la cacería, aunque también era una fecha lógica ya que todas las bestias despertaban débiles de su hibernación buscando comida, sin dejar de un lado el gran hecho que era que todos los juegos Otome tenían que tener a juro un evento de cacería o no eran felices.

— Vamos, dilo. Ángel — Sabito estaba susurrando contra su oído.

Siendo su cuerpo siempre tan frío por su magia, aun al azabache le sorprendía como su aliento y su boca podían ser tan calientes que le causaban escalofríos peores que su toque helado. Su lengua hacía tantos estragos y solo había parte de su cuerpo que no quería imaginar cuando por fin fueran al plato fuerte de todo, realmente no resistiría nada.

Giyuu solo negó, evitando la mirada del otro. Definitivamente no lo diría, es más el de ojos como zafiros empezaba a sentir otra vez la inquietud de estar de nuevo en un lugar público donde podían ser atrapados en una posición indecorosa con el cuerpo del mayor aprisionado a el suyo contra un gran árbol.

Tal vez no debió hacerle sexo oral antes de la clase de literatura una semana atrás, sentía que el de cabello rosa se estaba vengando o aprovechando que ya no podía quejarse de hacer algo en un lugar donde podían ser fácilmente atrapados, porque él fue él que empezó todo. Ahora vivían de la vibrante sensación de la adrenalina recorriendo sus venas por el miedo de ser atrapados, realmente placentero y daba un sabor picante a todo lo que tenían, pero eso era peligroso.

Ambos se habían adentrado un poco en el bosque de Kimetsu que rodeaba la escuela de magia para practicar arquería debido a la próxima cacería. Era indispensable de que todos los estudiantes varones participaran de ella y trajeran todo el honor que podían a sus casas; además de que el ganador tenía la oportunidad de darle una corona de flores a una chica y proclamarla en la Reina del evento. Aunque algo le decía a Giyuu que todo eso era una excusa bien armada y cooperativa del reino para hacer que todos los varones se presentaran a hacer el trabajo de exterminadores y controlar la población de bestia que siempre creía exponencialmente para esas fechas.

El elfo había sugerido en serio una práctica de arquería, incluso si no le gustaba porque era la cosa más estereotipada para un elfo, aunque en esos días deseaba ser como todos los otros elfos del multiverso porque su puntería pondría en vergüenza a toda la raza. Giyuu en serio quería practicar porque no quería ser el primer elfo en la historia que no sabía usar un arco, claro que su esposo tenía otros planes en mente al ver que estaban ellos dos solos.

— Vamos, sí. Por mí, anda — seguía inisitiendo con esa voz tan cargada de deseo contra él

No debía sonar tan sexy, en serio no debía, pero ahí estaba el azabache que si hubiera reencarnado en una chica tendría sus pantis tan mojadas como el mar mismo. Claro que era un chico y lo que le traicionaba era otra cosa aún más obvia que no sabía si era peor o mejor. Sí, pero no importaba que sus rodillas estuvieran tan débiles que se tenía que sostener de los hombros amplios para no caer al piso. No, nada de eso importaba, definitivamente no llamaría con un mote de pareja.

La Muerte del Villano ^^Kny (SabiGiyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora