La gota que faltaba para derramar el vaso

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— ¿Ansioso? — la voz del Rey contra su oído era como si una capa de basura cayera encima de él.

— Siempre.

Siempre había sido un manojo de ansiedad andante y en momento como eso, no lo era menos, se sentía como si cientos de agujas salieran de su cuerpo tratando de alejar a esa persona de él o al mundo más bien para esconderse en la soledad de su habitación como siempre lo hacía. No tenía otro lado que escapar aparte de su mente, desasociar no era bueno, pero en ese momento era mejor hundirse en las voces de su mente que era escandalosas y muy tenebrosas; aunque eliminaban todo el mundo exterior para el elfo que ya no sentía los toques y los besos en su cuello indebidos que le provocaban las peores nauseas de su vida.

A ese punto todos deberían suponer algo, ya Sabito debía odiarlo. Eso estaría bien, incluso si le dolía en el alma y no quería era lo mejor para ambos en ese momento.

— Mi Rey, la familia Kocho no pudo asistir a la gran fiesta, le envían sus más grandes disculpas — la voz del comandante Shinazugawa era lejana para él.

Giyuu agradeció eso, se hubiera querido morir si Kanae o Shinobu le hubieran visto de esa manera.

— Oí que están ocupados en su hospital, incluso sus hijas han demostrado grandes talentos en su magia, padre — Reconoció la voz de Gyuutaro.

— Ellas serán una excelente alumnas a la escuela, la magia de luz no es muy común.

La escuela de magia empezaría pronto y Giyuu tenía que prepararse, tenía que soportarlo todo incluso si se le iba el alma en ello.

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En un momento Hakuji lo había robado de los brazos de Douma que estaba muy ocupado hablando con nobles de alto cargo para estar pendiente de la pequeña zorra en sus piernas. Estaba cerca de la mesa de postres con la mano de su ex en su trasero para tratar de disimular frente al rey, la pobre Koyuki estaba al otro lado del elfo con su mano también en su trasero.

— No puedo con ustedes, incluso tocándome indebidamente se toman de las manos — comento no tan apenado con sus amigos atrapados en el acto dulce que se tenían — me van a dar diabetes y estoy seguro que no venden insulina en este mundo.

— Tomioka-san — susurro la chica totalmente avergonzada.

— Me alegro al menos la estén pasando bien, en especial tu Koyuki. Espero que no te sientas tan abrumada por este nuevo mundo — contesto el príncipe tratando de ocultar la vergüenza, pero su cara roja decía todo.

— Si todo es muy extraño, pero todos ustedes están conmigo. Me siento tan agradecida — la dulce voz de ella iba bien con su personalidad.

La pobre chica había recuperado sus recuerdos semanas antes y seguía abrumada por el nuevo mundo y sus poderes de agua que era agotador para ella. Podía comprenderla, aunque para ella era igual que Hakuji y Ume que era un mundo desconocido y para Giyuu no lo era.

— Me alegro tanto, si te sientes cansada o algo me puedes avisar. Yo puedo llamar a un sirviente y tendrán lista la mejor habitación para que descanses — hablo el príncipe con un tono dulce que no usaba con cualquiera, el ex guitarrista siempre había sido un simp por su novia.

— Haku-kun no tienes que preocuparte, la estoy pasando bien — ella sonrió tan dulce como siempre — Siempre soñé en ir a un baile contigo, la verdad eres un total príncipe...

La chica se sonrojo cuando dejo salir sus palabras y se apeno totalmente, su amigo se volvió tan rojo como un tomate por las palabras de su novia. Giyuu estaba en medio de ambos terrones de azúcar siendo manoseado, sintiendo se que sobraba y era ignorado totalmente. Era como si una burbuja entre ellos dos se había creado y en serio los shipeaba y todo, super OTP ellos, pero estar como la lechuga de su sándwich no estaba funcionando para él.

La Muerte del Villano ^^Kny (SabiGiyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora