El engaño de medio verano

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— ¿Esta vivo? — Preguntó el príncipe Gyuutaro.

— Respira, estará bi...

— Me refería al cerdo — Cortó de inmediato el más alto sin prestar mucha atención a lo que sucedia fuera el círculo mágico.

Hakuji y Rengoku se quedaron viendo al menor consternados, Giyuu estaba prácticamente casi desvanecido en los brazos del futuro marqués por el esfuerzo de intentar el hechizo de extracción por tercera vez esa noche y este solo preguntaba por un animal.

Sí, era una salida normal de jóvenes a la media noche con luna nueva para ayudar a uno a realizar un hechizo de magia negra donde normalmente terminaba en la muerte de varios animales.

— Disculpen, solo quería saber si funciono — Chasqueo la lengua y se acercó al círculo mágico esperando retirar otro cadáver.

Pero para sorpresas de todos, el cerdo soltó un bufido moviéndose lentamente en la tierra, dando señales de vida que era rara en esas noches donde el elfo practicaba como si no tuviera un mañana.

— Esta... — Trató de decir el elfo, pero su voz salía en un hilo.

El segundo príncipe se acercó lento, examinando al animal que yacía en el piso sobre el círculo mágico hecho de sangre. Su respiración era igual a la de Giyuu, casi sin aliento, pero vivía aún.

— Un cerdo de 120 kilos, vivo — Soltó un pequeño silbido de la impresión — Sí sucede de nuevo, creo que ya se podría probar en humanos pronto.

Los ojos de Giyuu se humedecian con esas palabras, por fin su larga travesía llena de esfuerzo, sangre y sudor empezaba a dar los frutos que tanto quería. Por fin podía ver la luz al final del túnel que le llamaba y llenaba su alma de esperanza, satisfacción y paz que estaba buscando desde que supo el gran problema de su nueva vida.

Para eso había renacido, por eso había encontrado el Shadow Book, por este mismo momento es que todos sus pecados se sentían menos pesados y se sentían necesarios en su mente.

Esa era su razón de vida, su destino por fin se sentía al alcance de sus dedos y podría saborear la victoria en sus labios.

Él había nacido para morir y salvar a 4 personas, su muerte cerraría un ciclo de odio entre dos razas y evitaría docenas de muertes a un futuro, sin mencionar que por fin la espada maldita desapareciera y su filo jamás le haría daño de nuevo a nadie.

— Traigan a otro cerdo — Intentó levantarse, pero aun se tambaleaba.

— Yuu, creo que no estas en po...

— ¡Traigan a otro!

Su voz se alzó, cosa que no fue intencionada. No quiso callar a su amigo así, Hakuji, quien había estado antes que que; con quien guardaba tantos secretos y heridas que no las podía contar.

— Ya es suficiente, Tomioka — Rengoku ni siquiera preguntó o Sugirió, solo lo cargo en sus brazos, aprovechando que no tenia suficiente fuerza en ese momento para oponerse — Sí mueres antes de hacer el hechizo cuando es debido, todo será un desperdicio.

Giyuu no dijo nada, sentía su cuerpo como la mierda. Se había levantado temprano, entre clases, mentiras, magia negra oculta, fumar, tener una relación y amigos; incluso con su salud a tope, el cansancio golpearia a cualquiera.

Simplemente se durmió en los brazos cálidos de su pilar que se mantenía en silencio, ni siquiera recordó entrar a la cama o cambiarse de ropa.

Todo lo que obtuvo fue los rayos del sol golpeando su cara al día siguiente, gruñó del cansancio recordando que hoy iría a ayudar con el chocolate a la señorita Mitsuri y Koyuki. Rodó en su cama hasta llegar a la orilla de esta, se quedó un largo rato mirando a los débiles rayos de sol mañaneros entrando a su habitación, para luego bajar su mirada a la alfombra y...

La Muerte del Villano ^^Kny (SabiGiyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora