No es un Isekai, es un juego otome

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 Unos minutos después estaba siendo arrastrado por la chica de servicio mayor que tomaba mi pequeña mano guiándome por los inmensos pasillos de color azul claro, crema, dorado y blanco. Parecía un castillo europeo, menudo lugar vine a parar, de un departamento donde la cocina estaba al lado de mi cama a un castillo. No me iba poner a llorar por eso.

Los demás sirvientes que pasaban estaban extrañados por la situación tambien. No parecía ser algo común aquí esto.

Después de una larga caminata, bueno para mi era larga, tardamos 2 minutos en llegar a al comedor. ¿Quién tiene una casa tan grande para que te tomé 2 minutos llegar de tu cuarto a el comedor? Abrió la puerta mientras sostenía mi mano, yo tampoco quería soltar la mano de esta mujer. Me sentía perdido totalmente y ella parecía un poco preocupada, es raro que alguien sienta eso por mi.

Ahí estaba una mesa larga con una docena de sillas, eso era mucho para una mesa a mi parecer. Había un mayordomo, unas sirvientas sirviendo el desayuno, el chef hablando con un hombre con una máscara tengu y 4 niños más en esa mesa.

Todos eran humanos. Cosa que no entendía, ¿Era el único con la mala suerte de ser el legolas japones o que?

Bueno dejando mi suerte a un lado. Ahi estaban, primero el de la máscara Tengu no podía confirmarlo hasta que viera su rostro. Vi el rostro de los niños, ninguno se parecía al otro excepto por los dos menores. Había una chica con una máscara de lado de su cabeza, ella tenía una expresión relajada en su rostro y una sonrisa débil que se rompió cuando yo llegué, por su tamaño era la mayor de todos aquí; el otro era un niño con los cabellos rosados y una cicatriz del derecho de su cara tenía cierta expresión molesta; los dos más pequeños se parecían en ciertas facciones de su rostro y sus ojos, pero el chico tenía cabellos marrón rojizo y una cicatriz en la frente, mientras que la mas pequeña chica era más dulce y con el cabello negro como la noche.

Todos extrañamente se me hacían familiares, pero no sabia de donde.

La sirvienta hizo una reverencia en ese momento, yo sólo la vi por unos segundos y luego a las personas en la mesa. Decidí hacer lo mismo que ella, ellos debían ser el padre y sus 4 hijos dueños del Castillo. No eran elfos, así que no eran mi familia.

Aquello pareció desconcertante para todos. Mientras mantenía mi cara neutral me acerqué más a la sirvienta, no sabía bien lo que pasaba.

— Buenos días, amo. Disculpe la interrupción tan abrupta. Pero creo que hay un problema del que debe ser discutido — hablo la sirvienta con total respeto al señor con la máscara.

— ¿Un problema? — pregunto confuso, se notaba por su voz porque no podía ver nada de su cara.

— Giyuu está tocando a alguien — oí susurrar a la chica mayor al chico de cabellos rosados, parecía un gran acontecimiento.

Si a mi tampoco me gusta tocar mucho a la gente, si parte de mi no le gusta gente, pero esta humana me agrada; así que puedo hacer un excepción con ella.

— Parece que el joven amo, Giyuu ha perdido su memoria — dijo sin miedo alguno.

Todos se me quedaron viendo, odio ser el centro de atención. Dirigí mi mirada a otro lado, no soportaba la vista de sus ojos sobre mi.

— ¿Qué es memoria? — pregunto la más pequeña

 — Sus recuerdos, Nezuko — explicó su el chico de la cicatriz en su frente.

— Bien hecho Makomo, lo dejaste más estúpido de lo que era — dijo algo molesto el de cabello rosado.

Alguien que me odiaba apenas me conocía, era normal para mi. No le tome importancia, solo ignore la mirada del chico. 

 Escuchaba todo en silencio, los niños tenían una discusión y yo sólo retrocedí un poco. No saben lo incómodo que es estar metido en una pelea familiar de personas extrañas.

El hombre mayor sólo aclaró su garganta y los niños se callaron y sentaron correctamente en sus sillas.

Se levantó de la silla y se acercó a mi, era alto, tan alto como yo lo fui una vez. Era un poco extraño con su máscara y no podía ver su rostro. Pero se me hacía familiar de una forma.

Luego recordé y desee estar equivocado.

Tipo mayor con máscara Tengu en su mansión Neverland con niños especiales. Esa cicatriz en la frente y el otra en su mejillas, esas chicas. Claro que los había visto antes. Pero aún así negué.

Si ellos eran los que pensaban que eran y yo tenía estas orejas sólo significaba una cosa y no era nada buena.

Estaba en el mundo del peor juego del mundo, ¨La espada de la doncella¨ , el juego otome favorito de las hermanas Kocho y del que me vi obligado a jugar. Del cual no solo estaba en la casa de dos objetivos de captura, si no, que yo era el villano que se muere en cada una de las rutas. 


Y yo que pensaba que tenia mala suerte en mi anterior vida.

La Muerte del Villano ^^Kny (SabiGiyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora