La Muerte del Villano ^^Kny (SabiGiyuu)

Un montón de mentiras

Giyuu se llevo sus manos a su cara tapando su vergüenza mientras daba unos pasos hacia atrás. Se sentía tan avergonzado, un chico de 16 años le habia hecho hasta suspirar mientras le besaba. Era indignante y agobiante.

De paso de todo, era posiblemente el chico que le tocaría asesinarlo en unos años y le causaría mucho daño a su familia. Una de las razones porque se estaba alejando de todos, siendo un villano era para protegerlos y si ya era realmente malo cuando Sabito solo lo veía como un hermano querido, ahora que se estaba confesando era peor.

Giyuu era un monstruo en todo uso de la palabra, un asesino manipulador que por más que buscara el bien común, sus métodos eran cuestionables totalmente. Era un ser asqueroso que ya habia sido manchado por el pecado, ya habia lastimado a quien quiso una vez y con una gran traición, de la que se arrepentía todos los días.

No, no podía dejar que Sabito quien era uno de los seres mas nobles que habia conocido se acerque lo mas mínimo a el. Además nunca le iba a amar cuando se entere de todo lo que estaba haciendo y quien era, Giyuu era el verdadero vampiro que asechaba la mansión Urokodaki, no el que mato Shinazugawa Sanemi días atrás.

La culpa y el temor llenaron a Giyuu cada segundo, eso no podía estar pasando. Por su culpa sufriría tanta gente, por su debilidad y ahora estaba ahí enfrentando sus errores.

— Giyuu...

— Vete — bajo la mirada, temblaba del miedo. Pensado que podría provocar la muerte de Sabito si le dejaba avanzar un poco

— Giyuu, Yo no lo siento. En serio te quiero, te quiero solo a ti, no hay nadie más en mi corazón...

Las palabras del humano se callaron cuando un golpe en su mejilla llego. Giyuu temblaba, de miedo, de amor a Sabiro y odio a si mismo; si dejaba que el chico siguiera sintiendo eso cosas malas podrían pasar, podría sufrir tanto, podría morir... No lo permitiría, no habia manera que Giyuu dejaría que alguien mas en de esa mansión sufriera un poco por sus actos a futuro y se tenia que ser la peor persona con ellos lo haría.

Era su desesperación que le movía, el dolor y el amor se ligaban en su pecho en ese momento. Era momento de elegir, por mas que evito relacionarse con la familia no funcionaba, no quería hacerles sufrir de ninguna manera a ellos, pero si de esa manera era la única que ellos tendrían un final feliz no encontraba otra forma.

— Me das asco — mintió con todo el dolor del mundo, pasando sus manos por sus labios como si quisiera borrar ese beso que no quería olvidar jamás — Tu y todos los humanos, me dan asco.

Sabito estaba callado, la reacción del menor le dolía hasta más no poder. Pero verlo temblando, casi desesperado mientras sus ojos estaban llenos de miedo le dolía aun más.

— No me vuelvas a tocar en tu vida. Ni hablar o no responderé, Joven Urokodaki — trazo una línea que debió trazar desde un principio con el — Si le dije que no le quería como familia, es porque no quiero ver ni en pintura. Le odio, te odio tanto que me duele y no puedo esperar el día que este lejos de esta prisión.

Era tan contradictorio lo que decía, tan lleno de mentiras que no sabia si el otro se las iba a creer, pero tenia que decirlas, romper ahora su corazón que podría ser reparado y llenado con odio hacia el, antes que no existiera vuelta atrás.

— No, no lo haces — menciono Sabito, tratando en creer en sus propias palabras. No entendía la actitud de Giyuu para nada.

En un segundo le trataba con algo de cariño y comprensión, pero justo cuando daba un paso adelante era como si alzara mas las murallas del elfo contra el. Parecía tan lleno de dolor, odio y desesperación en ese momento, trato de dar un paso adelante para alcanzarlo y este dio uno atrás alejándose.