Ahora había una brecha gigante entre ellos, tan grande que cada día se hacia mas pesada en el corazón de Giyuu, se encerraba mas a si mismo, casi no hablaba o asistía a clases de ningún tipo. Vivía encerrado en la biblioteca o en su cuarto entrenado. No había vuelto a practicar magia de agua desde ese momento que simplemente decidió romper el corazón del chico de cabello rosa.
Había tardes en las que Nezuko entraba a la biblioteca y compartían galletas en silencio, a veces se le unía Tanjiro y el trataba de formar una conversación que resultaba incomoda por su falta de respuestas. Makomo le evitaba totalmente, incluso cuando le veía parecía temerosa, justo como el juego con la presencia de Giyuu. Con Sabito era otra historia, era justo como habían hablado, aunque actuaban de esa manera, como si el otro no existiera; lo cual creaba un ambiente tan incomodo o frío alrededor de ellos, aunque Giyuu sabia que solo era la magia del mayor que no se podía controlar por la tristeza y dolor.
Cuando Giyuu cumplió 14 años nadie celebro, el convenció a Hitomi de que no hiciera nada y de que no había nada que celebrar.
— No hay nada celebrar— dijo a su doncella, mientras este le seguía a una clase que tuvo animo que asistir ese día.
— ¿Por qué no hay que celebrar tu nacimiento, hermano? — pregunto Tanjiro indignado por sus palabras y Nezuko estuvo de acuerdo.
— Las fechas de desgracia no se deberían celebrar, Tanjiro — la falta de emoción en sus palabras casi era tétrico.
La tetera con que Hitomi le servia una taza de te se rompió por la rápida congelación del liquido adentro. Todos voltearon a ver a Sabito que tenía su mirada baja concentrada en su libro, pero Giyuu pudo ver como apretaba su puño con fuerza.
No se hablo más del tema.
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— Nos vemos, hermano. No te acuestes muy tarde leyendo — dijo Tanjiro con una sonrisa mientras cargaba a Nezuko en sus brazos, la niña se había quedado dormido mientras leía.
Giyuu solo asintió mientras abría la puerta al chico, que se fue con una sonrisa de la biblioteca. El de cabellos oscuros solo suspiraba, no estaba siendo amable con los niños 90% del tiempo los ignoraba y hacia que no existían, era algo pesado si se atrevía a decir, cualquiera podría odiarlo por su trato; pero aquellos dos solo le sonreían de regreso, tal vez eran almas muy puras para notar lo que los demás notaban. Ya eran unos casos perdidos, Giyuu después de un año con ellos ya se había rendido. Solo los dejaba ser a su alrededor. Su compañía era grata, pero tenia que mantener una distancia como siempre.
Mas ahora que empezaba a sentir la pesadez en su corazón de la maldición de la pieza de la espada adentro de el.
Se encargo de recoger los libros que los niños dejaron en el piso y en las mesas, migajas de galletas, un pastel a medio comer y una tetera aun con algo de te, algo de desastre en su opinión. Recogió algunos y se dispuso a colocarlos en su lugar. Cuando ya iba terminando de recoger, tarareaba el viejo tema de mi vecino Totoro, estaba totalmente concentrado en su trabajo que no noto que alguien entro a la biblioteca.
Cuando escucho pasos acercarse, pensó que seria una sirvienta o Hitomi que le avisaba que su cena estaba lista. Estaba a punto de colocar el último libro en su lugar cuando sintió que alguien colocaba un paño encima de su boca y su nariz y con su otro brazo le sujetaba con fuerza. Eso altero todos sus sentidos, trato de gritar y soltarse pero los brazos eran fuertes, una persona con muchos músculos.
— Shhh, vamos bonito. Quieto — una voz susurro a su oído y luego paso su lengua por su cuello.
El elfo se sintió asqueado, se notaba que era un hombre mayor quien hacia eso y el era solo un niño con el alma de un mayor de edad, pero seguía teniendo el cuerpo de un menor de edad. Se detuvo de forcejear ya que seria un gasto de energía tonta, aunque estaba lleno de miedo, se calmo un poco mientras el hombre besaba su cuello y acariciaba su cuerpo tratando de quitar su ropa; por primera vez agradeció la gran cantidad de ropa que se usaba en la gente de los juegos otomes, desde chaquetas, chalecos, camisas con corbatas o pañuelos.
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La Muerte del Villano ^^Kny (SabiGiyuu)
FanficCuando Giyuu murió no pensó en reencarnar, menos en el bobo juego Otome que las hermanas Kocho le obligaron a jugar. Si todo lo malo no era solo eso, también reencarno como el villano del juego que solo tiene la opción de morir para que los otros se...