CVII

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Auron a un extremo y Renato del otro. En el medio solo estaba el ruso, vigilando que nadie más se enterará de esta demostración de testosterona.

— ¿Estás listo para ser humillado, Auron?

— No te preocupes, viejo. Yo me humille desde que acepte salir contigo -Se quita la chaqueta de bombero y la deja sobre una mesa.

— Vamos, señores. Que hay una celebración allá afuera -Aplaude- me entretienen o se acaba esto.

Auron se acercó, pero no dio el primer golpe. Solo quedó cercas en posición de pelea.

Volkov pensó que Auron era igual que Perxitaa, tenían el cuerpo firme y entrenado, pero por favor. Renato lo ahorca con esos brazos y lo mata.

— Aún puedes darte la vuelta e irte, Auroncito.

— Solo mi prometido puede llamarme Auroncito -Lanza un golpe, el policía lo esquiva.

En la mente de Raúl solo estaban todos esos recuerdos dónde Ismael siempre fue su apoyo en la pelea.

Reborn se acerca y conecta un golpe contra su costado, seguido de otro por el otro lado. El castaño apenas se queja.

"Estuviste siempre para apoyarme, siempre en mis batallas y yo no fui capaz de apoyarte en una más" pensó molesto. Molesto consigo mismo.

De nuevo, el policía golpeó; está vez su rostro y luego su pecho.

"Solo tenía que escucharte. Ya no éramos los mismos críos que pelean por todo, ya no peleábamos por nada. Esto debió ser importante" Se seguía torturando por el que hubiera sido.

Viktor giro la cara cuando vio como lo volvía a golpear con fuerzas en el pecho y estómago.

Auron se mantenía de pie, cada vez con menos aire y más dolor. Que no reaccionaba por qué estaba sufriendo más en su cabeza.

— ¿Qué está esperando? -Susurra.

En un momento, Reborn ya había golpeado más veces al chico que a cualquier otro criminal en buen tiempo. Se sentía más en su entrenamiento de saco de boxeo.

Así que se detuvo, aunque sus golpes tampoco eran los más duros. No sé trataba de mandarlo al hospital de cualquier modo. Es un policía, no un mercenario.

— ¡¿Por qué te detienes?! ¡¿Ya te cansaste anciano?! -Se limpia la sangre del labio, que era el único lugar donde se había roto la piel.

— Ya basta, Raúl.

— Vaya, sigues siendo el mismo. Te cansas tú y me dejas a medias. Medio complacido y medio---

No termina la frase, por qué Renato lo sienta de un puñetazo en la cara.

— ¡He dicho que suficiente! Ni siquiera es una pelea justa. No estás peleando de regreso y no eres rival para mí. Acabamos.

— ¡No ha acabado!

— ¡Ya acabó! -Finaliza. Alejándose del bombero- No sé que quieres ganar con esto, pero ya terminó.

Auron mira el suelo, ni siquiera recuerda que apostaron en esa pelea. No recuerda como inicio. Solo quería un motivo para sacar la ira que tenía dentro.

Levantó la cabeza cuando vio muy cercas las botas del oficial.

— Me voy a disculpar con Luzuriaga.

— ¿Cómo?

— Me voy a disculpar con Luzuriaga. Tienes razón. Hizo lo que tuvo que hacer para salvar a los suyos. Tú hiciste lo que tenías que hacer para salvarlo. Todos ustedes hacen lo que tienen que hacer, eso se admira.

Un dorama de bomberos | MultishipingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora