La estación de bomberos 007 de la ciudad de Karmaland recibe un llamado de emergencia. Fácilmente, la peor situación en la que podrías encontrar al amor de tu vida sería al borde de la muerte.
Un incendio que desatará el caos en la vida de sus invo...
— Eso sería todo -Amydala salió del departamento al poco tiempo después de que entró, ya sin cargar ninguna de las cajas.
— ¿En serio? ¿Eso es todo? Vaya eres rápida -El chico volvió a cerrar con llave el departamento al salir la mujer. Se colocó la llave dentro del pantalón y dejó pasar primero a la mujer para que volvieran a la planta baja.
— Venía literalmente de paso, no quería perder tiempo regresando hasta que estuviera aquí. Más porque tiene días con un humor insoportable. Difícil de explicar, pero a mí me huele a que me va a dejar o algo así.
— Es una pena, señorita. Con lo bonita y agradable que es usted. No entiendo que pueda estar pasando por la cabeza de su novio.
— Presiento que le gustan los hombres -Sonríe y se cruza de brazos. Las puertas del elevador se cierran y el administrador se queda en silencio luego de esa confesión. Un tanto incómodo ¿qué dices después de eso?
Ella fingió al mismo tiempo estar revisando algunos mensajes en su móvil. Mirando de reojo los movimientos del chico.
— Pues espero lo mejor para usted -habla cuando al fin se abren las puertas.
— No te preocupes, sé que vienen algo mejor para mí.
Al mover el brazo se le cae una pluma, algunas monedas y un labial. Todo, hasta ese momento, quien sabe donde traía. Hace un sonido de sorpresa cuando la ve en el suelo. El hombre rápidamente se agacha para recoger las cosas. Ella se hinca también a su lado, como preocupada por lo que sucedió.
Es donde aprovecha y con elegancia de ladrona; saca la llave del pantalón del chico sin que este se dé cuenta.
— Una disculpa, se rompió el bolsillo donde traía esto. Que extraño, ya no hacen la ropa de calidad. Que vergüenza -Le sonríe cuando tiene todo en sus manos otra vez.
— No pasa nada, espero que no se haya roto nada.
— Todo está perfecto, muchas gracias -Guarda todo en su bolsillo izquierdo, otra vez sonriente- una vez más, muchas gracias por todo. Me salvaste de una perdida de tiempo enorme.
— Espero verla pronto por aquí y si no, espero que todo vaya mejor en su vida... ¿Tienes Instagram?
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— Adoro los croissants de pavo -Lo pronuncia en un intento burdo de francés erróneo. Intentando abrir el paquetito de mantequilla para ponerle encima- pero lo que más adoro es el frío. Puedo estar en chándal todo el día si me apetece, puedo llevar abrigos debajo de mi abrigo de bombero. Todo me parece maravilloso del otoño sabes.
Quita la mitad del croissant que sirve como tapadera. Empezando a esparcir la mantequilla con un pequeño cuchillo. En todo momento el oficial solo lo escucho atento y paciente. Agitando suavemente su café para que se disolviera el azúcar.
