LXXXI

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Auron se sentía extraño. Seducido por los movimientos tan eróticos que su prometido podía hacer, por las luces, el alcohol en su organismo, la escena.

Al fin llegó a la orilla del escenario, observando con la mirada neutra a Luzu.

— *parece que el festejado ha venido por su premio*

El castaño se acercó a la orilla del escenario y extendió su mano para invitar a Raúl a subir.

El bombero no se movió, ni hizo ningún gesto. Estaba concentrado en las ideas que se implantaron en su cabeza.

— *¿Qué pasa? ¿Eres tímido? Vamos, chico. Es tu última noche de libertad*

— A, eso lo dudo, cerdo.

Extendió su brazo y dejo que su novio lo ayudará a subir al escenario. Todos los asistentes aplaudieron emocionados sin saber nada de la relación de esos dos.

— Buenas noches, caballero.

— ¿Qué que supone que haces? -Habló entre dientes, para que no fuera obvio que se conocían.

— Vengo a darte el mejor baile de tu vida. Puede que sea el último ¿no?

— No estás respondiendo nada.

Unos asistentes del lugar acercaron una silla. Sentaron al festejado en ella, frente al tubo de baile.

Auron no podía bajar la guardia, se sentía muy traicionado. Porque está era otra de las mentiras de Luzu.

¿Por qué estaba acá ahora? Esto ni siquiera era una despedida real y luego venir con un policía ¡venir con Renato! Bailar con Renato.

¿Era tan tóxico sentirse mal por solo saber la mitad de todas las cosas que ocurrían?

— Prepárate, guapo.

De hecho, Renato vio venir a Auron y se retiró unos pasos más atrás para que no se mirarán.

Volkov fue quien al fin pudo dar con él y lo sujeto por detrás.

— ¿Qué se supone que haces aquí? -Lo interrogó sin más, no había relación laboral en ese momento. Solo dos mejores amigos.

— Te vas a reír si te digo que caí en la extraña broma de alguien. No entiendo nada de lo que está ocurriendo aquí.

— Bueno, llegaste a una despedida de soltero del novio de TU crush. Porque ambos se van a casar ¿si sabías?

Renato solo hizo un sonido de disgusto. Cómo si le hubiera molestado que Viktor dudara de su integridad moral.

— ¿Por qué dejaste que te arrastrará a esto?

— Esa es la cosa, no tengo idea porque me dejó arrastrar por cada cosa que Luzu dice o hace. Entiendo mi posición y entiendo la suya.

— No puede ser, estás muy enamorado de ese chico. No te hace bien seguirlo. Se va a casar.

— Tú antes me dijiste que no sería la primera persona en ser los cachos de otro.

— Pero tú no eres eso, Renato. Lo dije, sí... Pero ¿en serio lo harías?

— No, pero últimamente no soy mucho yo. Así que ahora en realidad tengo la duda real.

Viktor niega con la cabeza, pero entiende. Le da unas palmadas en la espalda para que se relaje.

— Ya hablaremos de como tratar esto.

— ¿Como una enfermedad que debe ser curada?

— ¿Es por qué eres homosexual?

Un dorama de bomberos | MultishipingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora