Un dorama de bomberos | Multishiping

XCV

Ambos bomberos fueron arrastrados dentro del casino contra su voluntad, pero ni siquiera entraron por la puerta principal. Fueron arrastrados por la parte trasera, hacia la parte interna del casino.

Ismael alguna vez escuchó que algunos casinos tenían una especie de cárcel para aquellos apostadores que se descontrolaban o ponían resistencia al pagarles la deuda. Todo había sido un interesante mito; hasta que encontró que aquello era cierto.

Los hombres lanzaron a los chicos dentro de una celda de interrogación. La típica de las películas. Había una mesa, dos sillas y la pared de cristal de doble vista.

No comprendían como demonios tenían algo así ahí ¿por qué tendrían una sala de confesión en un casino? Grefg era un jodido excéntrico, pero por ahora tomaban mejor el derecho de permanecer callados; Inclusive Ismael.

Adentro se quedaron momentáneamente solos, pero sabían que no lo estaban realmente. El cristal de doble vista los hizo sentir pequeños y observados. Los cohibía no saber quién estaba detrás del cristal que los mismos gorilas con armas.

Ismael se acercó al cristal para tratar de ver del otro lado, pero nada. Solo se sintió como un idiota al ver su propio rostro ensangrentado, pero no importaba qué. Él seguiría peleando.

Perxitaa se abrazó el cuerpo, había escondido el teléfono celular en su camisa, esperaba que nadie los revisará porque ahora era lo único que tenía para ser auxiliado por Viktor. Ojalá funcionara.

— No nos pueden tener aquí para siempre, mierdas. Ni siquiera hicimos nada -Le daba la espalda a su amigo para que no lo viera seguir sangrando de la nariz. Al menos la herida en su frente no fue la gran cosa.

— ¿Estás bien? ¿Te duele mucho? -Se acercó un poco por detrás. El intento de Ismael fue en vano, pues podía mirar perfectamente su reflejo en el cristal. Moría de miedo, pero no podía demostrarlo. No quería que Ismael tuviera la necesidad de hacerse el héroe.

— Esto es una locura, te juro que voy a -se guardó la amenaza, no era necesario tener de regreso a los gorilas de Grefg.

— Esto debe ser todo un error, esto no tendría que estar pasando -Atrajo al hombre para alejarlo del cristal lo más posible. No quería que los estuvieran viendo directamente.

El castaño no le quiso responder, pero sentía que tal vez si fue un movimiento estúpido de ambos. Regresar al casino luego de que drogaran a Grefg.

Aunque era casi imposible que los vinculara al accidente, algo pudo haber salido mal. Ellos llevaban drogas, al menos eso podía usar de excusa.

— Vamos a salir de esto.

Se sorprendió al escuchar la voz tan positiva de Perxaas, pensó que tenía alguna idea o un plan. Cosa que si le dio un poco de tranquilidad, porque él no tenía nada justo ahora. Solo dolor y una nariz rota.

— Gracias, Perxitaa. Sé que podemos salir de esta. No hicimos nada, todo esto es un error.

— Ellos lo entenderán -Tendrán que hacerlo cuando la policía llegue. Por favor, Volkov.

— Ven, siéntate en la silla. Voy a limpiarte un poco la cara. Pararemos el sangrado de tu nariz.

— No, no tienen caso. Volverán.

— No te van a tocar, no es necesaria la violencia. No tienes que tratar de pelear contra ellos. Hagamos lo que quieren.

— Yo no obedezco órdenes de imbéciles.

— Pues si vas a tener que obedecer la orden de un imbécil. Yo. Yo te ordeno que te tranquilices y dejes de provocar tanto caos innecesario.

Isma sonrió a sabiendas de que Perxitaa era muy inocente, pues por algo era bombero. No estaba viendo el panorama completo o más bien no quería pensar en ello.