Un dorama de bomberos | Multishiping

CXV

Akira caminó con lentitud por el camino de piedras. Vestida de negro, desde los zapatos, hasta el velo en su cabello. Cargaba en sus brazos unas flores blancas; rosas. Ella siempre había tenido esa aura que imponía respeto a través del miedo.

Los familiares y otros cercanos ni se preocuparon en voltearse. Mientras los que sabían solo apretaban el cuerpo desde sus lugares.

Germán casi que ladraba, a punto de lanzarse como perro rabioso. Alexby lo sujeto de un brazo y del otro lo hizo Frank. No querían iniciar eso allí. No era justo para los familiares, no podían hacerle eso al último adiós de Ismael.

— Por favor, tienes que controlarte un poco. Solo un poco, no la mires -Le pedía Alex, sujetándolo contra su asiento- espera a que termine esto.

Frank no dejó de ver a la mujer hasta que se sentó en una de las sillas más lejanas, en una esquina. Su aspecto le recordaba mucho al "la bruja blanca". Con sus largos mechones rubios hasta su cadera. La quijada marcada y sus ojos de muerte.

Luzu se quiso levantar también, pero Willy le hizo el amago con los ojos para que permaneciera en su lugar. Aunque le hirviera la sangre, no era el momento.

Todos empezaron a sentirse como si tuvieran una granada a unos metros, pero permanecieron tranquilos. Si algo sabían era que la vieja, esa no hacía nada por sus propias manos y si estaba ahí era solo para tratar de atemorizarlos o algo.

Perxitaa y Viktor, que si se encontraban a una distancia más lejana, forcejeaban un poco para que el pelirrojo no fuera a hacer una locura.

— Ella no lo mató, tío. Si vas ahí solo vas a crear un desastre que no vas a poder explicar -Sujeta más fuerte al bombero.

— ¡Tengo que hacerlo! ¡Tengo que abofetearla y decirle sus verdades!

Trata de escaparse, pero está vez su altura no es suficiente. Viktor es muy fuerte y ni siquiera está apretando o lastimándolo.

— ¡No puedes hacer eso! ¡Es la candidata a un partido! ¿Quieres ir a prisión automáticamente? Serás juzgado como un terrorista.

— ¡Este es un pueblo!

— ¡No vas a ir a golpearla! No puedes ir por ahí atacando gente así, ¿tú crees que ella lo haría? No, por qué no se ensucia las manos con lo que no le importa. Para ella somos insignificantes. Todo lo que hace, lo hace por qué le place. No está aquí para otra cosa que no sea ver nuestras reacciones.

— No podemos dejarla salirse con la suya.

— No la estamos dejando salirse con la suya. Que no la golpeemos no quiere decir que nosotros perdemos. Solo quiere decir que somos más inteligentes.

El pelirrojo poco a poco va dejando de pelearse con el ruso. Vuelve a estar frío y entumido. Odia que vuelva a tener razón. Ahora siente mucha ganas de vomitar.

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Akira se siente el personaje principal en ese funeral. Ella sabe que no puede ignorarla simplemente. Está haciendo el papelón de su vida.

Cruza una pierna, sacando la cigarrera de su abrigo. Cuando, del otro lado, se sienta alguien.

— Mira nada más. Dos candidatos en la misma reunión. Que es esto ¿un debate de candidatura?

La rubia mira fijamente aquel hombre pelirrojo. Su felicidad por ser la atención se muere rápido.

— Que curioso -Responde sin emoción.

— Más que curioso, por qué yo no sabía que tenías una relación con el fallecido.

— No la tengo, pero me enteré y al final del día es un servidor público. Imagino que por eso estás aquí.