CXXI

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— ¿Cómo dormiste?

Luzu apareció con una taza de café en cada mano. Dio la vuelta al sillón para sentarse a lado de Reborn.

— Muy bien, gracias por la manta extra -toma la taza de café entre sus manos. Soplando un poco.

— No te quise despertar antes ¿no vas a llegar tarde al trabajo?

— No pasa nada, hoy tengo asuntos que tratar más importantes.

Oye, gracias por quedarte ¿sabes que no es necesario, verdad?

Yo sé que no, pero -Sorbe un poco de su café- quería hacerlo. A no ser que signifique qué te sientes incómodo con esto y prefieras que no me quede aquí ¿es eso?

— Para nada, Yayo ¿por qué me sentiría incómodo de tenerte aquí?

Reborn se quedó callado, tenía la respuesta en su mente: Por qué le gustaba. Luzu sabía eso.

— ¿Estás seguro?

— Si, estoy muy seguro. Lamento no tener un lugar más cómodo para que duermas. Podemos turnar, puedes quedarte en la cama y yo aquí hoy.

¿Lo estaba invitando a quedarse o se sentía obligado a aceptarlo ahí?

Tenía vergüenza de preguntarle esas cosas directamente. Luzu era demasiado bueno, el diría que si a lo que fuera.

— ¿Te puedo pedir un favor?

— Los que quieras.

— ¿Me das aventón a la estación? Rich me dijo que quería verme hoy para hablar de la organización. Yo le dejé toda esa organización a Frank, pero supongo que quiere decirme algo más específico.

Renato asintió. Aunque no escucho todo. Su mirada se perdió en esos hermosos ojos y su mente divago con esos labios.

Debía recordar que Luzu quería un amigo. Que era lo que necesitaba.

Luzu no se lo dijo directamente, pero si le gustaba la compañía que le daba.

No quería estar en la casa solo, pensando en lo grande y fría que era si no estaba su ex prometido.

No quería ver las fotos, ni vivir entre las cosas de Auron solo. Aunque poco a poco lidiaba con ello, iba costarle más tiempo.

Habían pasado ya 4 días desde su huida y no tenía ningún solo mensaje de él. Una llamada, algo que le dijera que estaba bien.

Tampoco era para alarmarse. Si algo le hubiera pasado lo sabrían ya. Esa noticias vuelan. La carretera a Madrid es solo una.

Solo pedía que estuviera bien. A salvo. Que hubiera conseguido esa libertad que tanto quería. Lejos de toda esta mierda. Se las apañaria sin él tarde o temprano.

El castaño se sentó en la banca de la entrada trasera. Esperando ver al líder de estación.

— Hola, Luzu -Lo saludo el otro bombero. Entrando con las manos en la chaqueta, por el frío.

— Rich, hola. Buenos días. Lamento si tarde, tuve que esperar para que me trajeran. Que suerte que hoy no haya reporteros.

— No vendrán, saben que te fuiste de aquí. Ellos quieren drama y ya no lo hay. Luzu, quiero hablar de algo.

— Imaginé que no enviabas ese mensaje por logística -Sonrie de lado y asiente. Señalando a su lado.

— Creo que sé que está pasando con todo esto se sienta a su lado.

— ¿Con todo esto?

— Tú también sentiste que había algo raro ¿verdad? No eres el único. Te lo voy a preguntar y cuando respondas te diré quién más.

Un dorama de bomberos | MultishipingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora