CXVII

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"Ya déjenlo en paz, por dios"

"¿No tienen otra cosa que hacer?"

"Creo que se está moviendo, está despertando"

Auron no abría los ojos aun, pero escucho pisadas alejarse. Todo su cuerpo estaba adolorido, pero sintió un alivió al mover ambas piernas. Bien, no estaba muerto ni inválido. Eso era un buen punto.

Lo segundo que sintió fue la comodidad de estar sobre una cama, podía estar en el hospital de Madrid o en el de Karmaland. Hubiera dependido mucho de a que altura fue su accidente. Seguramente todos sus amigos ya sabrían de su idiotez.

Al abrir sus ojos, lo primero que se encontró fue con el rostro de una mujer a muy poco centímetros del suyo. Lo observaba con unos enormes ojos curiosos y una sonrisa.

Si no hubiera tenido tanto miedo, hubiera soltado un grito al verla ahí tan cercas.

— Buenas, hola, ¿puedes escucharme? ¿Cómo te sientes? -Preguntó con una voz dulce. Auron la consideró chillona, pero era tan gentil.

La chica solo se separó un poco y giro la cabeza hacia un lado.

— ¡JUAN! ¡VEN AQUÍ! ¡JUAN! -Exclamó la chica a gritos enloquecidos. Parecía haberse enojado de la nada. Eso aterrorizó un poco a Auron- no te preocupes, estás bien. Solo tuviste unos cuantos moretones y aruñones. Tuviste mucha suerte. 

No respondió nada, su mirada se fue directamente hacia la puerta. Porque vio unas caras viéndolo desde ahí. Parecían unos chicos, que desaparecieron tan pronto miro.

— ¿Puedes hablar? ¿Te sientes bien? Mi nombre es Ari, ¿recuerdas el tuyo? ¿Puedes decirme el tuyo?

— Escúchame -Raúl trato de explicarle, cuando vio algo brillar debajo de sus piernas. Grilletes, tenía dos cadenas. Una en cada pierna y se ajustaban en los barrotes de la cama.

— ¿Estás bien? Te escucho.

— Por favor... no pueden permitir esto. Ella está loca -Se sujetó del brazo de la castaña- escúchame, yo solo quiero irme. Yo no quiero nada más, no estoy interesado en nada que tenga que ver con ella. Por favor, tienes que ayudarme. Está loca, así como me hace esto, se lo hará a ustedes.

— ¿De qué estás hablando? -Trata de sonar tranquila, pero tiene una expresión de susto.

Por la puerta entra un chico de lentes. No mucho más alto que él y tampoco con más musculatura. No parecía ser gran problema si tenía que enfrentarse a él.

— Oh despertó, ¿ya te dijo algo?

A cada segundo, el bombero se ponía más tenso. Akira lo había capturado, estaba secuestrado en quien sabe donde.

— Se ve de la verga, si me lo preguntas. Está amarillo, ¿eso es normal? Deberíamos llamar al doctor.

— Llámalo -Pidió Ari.

— No está. Salió.

— ¡¿Cómo que salió?! ¡Es el único doctor! ¿Por qué decidió salir ahora?

— ¡Pues salió! Mira, no es su culpa que un pendejo se estrelle en una moto a media noche.

— Dime qué salió por una urgencia, por favor.

— Se le acabó la Nutella.

— Basta -se escucha la vocecita nasal de una persona fuera de la habitación, pero no se muestra.

Un dorama de bomberos | MultishipingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora