LXXIII

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— No puedo creerlo.

Fargan y Willy se encontraban ya afuera del restaurante. Parados frente al valet parking donde les dieron la noticia que los dos chicos ya se habían ido.

— Claro que puedes creerlo, Fargan. La verdad me sorprende que se quedaran -Se cubre un poco más con su abrigo negro. Mirando a los lados para ver donde viene su auto. Ha sido una noche reconfortante y tiene lo que quería. Solo espera que a los demás les haya ido igual de bien.

— Se volvió completamente un rebelde. Alesbi simplemente me borró de su vida, me hace sentir mal.

— Somos sus padres ficticios, incluso a nosotros nos quiere borrar de su vida. Se entiende, no lo culpo. Además, está con Frank. Conozco bien al chico y sé que no va a hacerle nada. Ten un poco más de confianza.

— No dudo de Frank, dudo de Alesbi. Es un ser incontrolable y lleno de perversidad. Temo por la vida de ese pobre bombero.

— Fue una buena noche. No te preocupes por Alex, iremos a verlo mañana temprano y si nos quiere fuera de su vida, no importa. Hacemos otro hijo... Y ¡poramorde...! -Murmulla molesto. Fargan se gira para mirar a su novio ¿qué dijo ahora?

A unos metros venía caminando Samuel, dirigiéndose directamente a ellos.

— ¿Qué haces acá, De Luque? ¿Ya tan temprano consiguiendo información de Ángel? Sé lo que hiciste y no trates de negarlo. Tampoco te molestes en decir que esto fue una casualidad, porque todos sabemos que nada en tu vida puede ser una casualidad.

— ¿Hola? -Responde únicamente, levantando los hombros- ish, Willy. Solo venía a decirte buenas noches y sí tienes razón. Que casualidad que TÚ estés aquí. En este restaurante suelo cenar todo el tiempo, en cambio hay alguien no -mira al rubio y luego a Fargan- David Romero.

— Hola~ -Agita su mano para saludar, el siempre animado sin problema alguno.

Willy no supo responder, porque en parte sabía que cualquier respuesta que diera podría sonar extraña. No podía joder la misión con más información.

— Vine a una cita doble, vámonos -coge del brazo a Fargan para llevárselo, que camine.

— ¡Willy, esperaaaateeee! No nos han dado el auto -Lo sujeta para que deje de caminar, la gente que estaba alrededor ya empieza a mirar.

— Algún día vas a madurar, Díaz. Creo que podemos esperar en el mismo lugar sin hacer estos dramas -Frunce el ceño, hablándole con la voz en alto.

— ¡Tú bien que sabes de dramas! -Apunta Fargan- ¡Sé que lo besaste! -Exclama, sin interés de pelear. Solo quiere ver su cara de vergüenza o terror. Es divertido ver que fue una mezcla de ambas.

— ¡N-ni que lo hubiera obligado! Seguro también sabes esa parte, rarito -se queda callado tan pronto como unos flashes golpean su rostro.

— Ya cállate -Le recrimina el abogado mientras caminan. Más flashes aparecen, unos reporteros o paparazzi que estaban en la zona han visto su oportunidad.

— Willy, en serio no podemos alejarnos más -Trata de cubrir a su novio de las fotos. Por suerte el auto llega a tiempo

Al final el rubio solo se acerca cuando él lambo aparece en la entrada, ignorando de la manera más tonta a Samuel. Quien solo seguía ahí para molestar, con las manos dentro de los bolsillos.

— Buenas noches -se despide como si nada Romero. Willy le levanta el dedo por detrás.

Guillermo entra al auto del lado del copiloto, no tiene ganas de manejar esa noche. Fargan en cambio si toma el volante apenas le entregan el auto.

Un dorama de bomberos | MultishipingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora