Capítulo 56

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Una vez abiertos todos los regalos y retirado el papel de regalo todos se pusieron cómodos en los sofás. Se les habían unido Fenrir y Remus, que se habían quedado en la colonia. Su amigo parecía estar mucho más tranquilo desde que conoció a otros de su especie, aceptando más lo que era, tanto sus puntos fuertes como sus limitaciones. Haddy esperaba que eso ayudara mucho a su amigo a curarse.

Nadie se sorprendió cuando Haddy terminó acurrucado al lado de Severus, con el brazo de éste rodeando sus hombros y el Runespoor acurrucado sobre ambos. Había costado mucho negociar, con Haddy siseando a la serpiente y luego traduciendo para Severus, pero finalmente todos habían acordado el nombre de Hestia, en honor a la diosa griega del hogar.

Una vez que todos se acomodaron, Tom comenzó su explicación.

-Estoy seguro de que varios de ustedes, por lo menos, se han estado preguntando qué he estado haciendo estos últimos meses. Todo empezó con el supuesto ataque de los vampiros en Francia. Madame Maxine ha estado presionando al Ministerio francés para que lo investigue debido a su proximidad con Beauxbaton, insistiendo en que debe tener algo que ver con el aquelarre de vampiros. Por suerte fue el mismo aquelarre que visitó tu madre, Severus, y Jacques St Clair se acordó de mí y me pidió ayuda. No fue tan difícil como temía moverme por el continente, allí hay incluso menos asociación entre Tom Riddle y Lord Voldemort que aquí, y pude insertarme en medio de la investigación. Pensé que tendría que utilizar la magia para ayudar a los muggles, pero parece que se han producido grandes mejoras en las técnicas de investigación muggle en los últimos 50 años, no tuve que hacer nada. Pudieron determinar que las víctimas habían sido asesinadas primero, antes del desangramiento, así que obviamente los vampiros fueron exonerados.

-Los vampiros me estaban agradecidos, aunque lo único que hice fue retener al Ministerio hasta que los muggles terminaran su investigación. El aquelarre estaba preocupado por los aurores franceses, ya que, al parecer, su jefe de división también es contrario a las criaturas y sus compañeros ya habían resultado gravemente heridos cuando los aurores realizaban las llamadas investigaciones de rutina. A los vampiros les había preocupado que esta vez acabaran yendo más allá, utilizando las muertes de muggles como excusa, y como agradecimiento me dijeron que Grindelwald seguía vivo y encarcelado en el castillo de Nurmengard, en Austria.

-Fue sorprendentemente fácil entrar en la prisión, ya sea porque los años habían debilitado las protecciones o porque la gente simplemente asumía que nadie querría entrar en un lugar así, no obstante, encontré a Grindelwald en la torre superior, sorprendentemente bien cuidado dado que no había otra alma en el lugar.

-Grindelwald se mostró muy interesado cuando le dije que estábamos tratando de encontrar una forma de actuar contra Dumbledore. Resulta que los dos habían sido amantes en su juventud y ambos habían pensado que era absurdo que los magos se acobardaran ante los muggles. Mientras que Grindelwald creía que había que someter a los muggles para poder gobernarlos, Dumbledore quería gobernar a magos y muggles por igual.

Aunque Dumbledore era consciente de que era poderoso, también sabía que llegaría un momento en que habría quienes serían aún más poderosos que él. Grindelwald era un ejemplo de eso en sí mismo; su madre había sido poco más que una squib pero había tenido un hijo con un vampiro y por eso era tan naturalmente poderoso. Se estaba convirtiendo en una tendencia creciente entre los magos más débiles y Dumbledore sabía que tendría que ponerle fin.

Empezó por montar una campaña contra las criaturas, etiquetándolas como peligrosas y diciendo que amenazaban el modo de vida de los magos. Utilizó a Grindelwald como chivo expiatorio, diciendo que era su sangre de vampiro la que le empujaba a intentar dominar el mundo y no un odio nacido de la persecución.

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