Capítulo 63

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A Haddy le pareció divertidísimo el primer día de vuelta al colegio. Incluso los alumnos del colegio habían visto el artículo y felicitaban a la pareja. Severus trató de lanzar su patentada mirada de muerte a cualquiera que se atreviera a sonreírle, pero al parecer había perdido mucho de su poder. Haddy sospechaba que en los próximos días se repartirían muchas detenciones desagradables para que pudiera volver a ganarse su título de profesor más temido. No le gustaba la idea de que Severus pudiera estar realmente molesto y se comprometió a comprobarlo pronto, cuando todo el mundo no estuviera tan interesado en todos sus movimientos.

-No es justo-, se quejó Haddy una noche, cuando estaban sentados en la mesa de Slytherin para cenar, -ustedes se escabullen para besuquearse todo el tiempo y nadie se inmuta, pero yo sólo tengo que mirar a Severus y todo el mundo empieza a mirarnos. Sería realmente tan malo si me acercara a la mesa del personal ahora y le metiera la lengua en la garganta-.

-En primer lugar, Haddy, muchas gracias por esa imagen mental de ti y mi padrino que definitivamente no necesitaba-, gruñó Draco, -y en segundo lugar, puede que estés mirando al tío Sev pero puedo ver a Dumbledore mirándote a ti. Estoy bastante seguro de que está esperando a que hagas algo para reprenderos. Ten paciencia, papá va a asistir a una reunión de gobernadores el mes que viene en la que está previsto que se discutan los derechos de las parejas emparejadas dentro del colegio. Entonces tendrán mucha más libertad-.

-Eso es demasiado-, exclamó Haddy, derrumbándose dramáticamente sobre la mesa.

Pansy le dio una palmadita reconfortante en la espalda. -Ya, ya, Haddy, sólo necesitas un poco de paciencia. Recuerda que no eres el único que no puede ver a su novio todo lo que le gustaría-.

-Lo sé Pans pero al menos puedes escribirle. Estoy bastante seguro de que cualquier cosa que envíe va a ser interceptada por muy cuidadosa que sea Hedwig-.

-¿Y dices que no te has reunido con él de todas formas?- preguntó Hermione.

-Buen punto querida-, dijo Draco, -estoy bastante seguro de que su pequeña pijamada no era la primera vez que estaban juntos, no estaban lo suficientemente nerviosos por ello-.

-Sí, bueno, puede que haya habido algunas ocasiones pero eso fue antes de que todo el mundo nos observara. Me preocupa que la gente haga suposiciones sobre lo que estamos haciendo si la gente se da cuenta de que los dos nos hemos ido a algún sitio-.

-Entonces supongo que tendrán que esperar-, dijo Hermione, demasiado exasperada como para complacer la fiesta de compasión de Haddy.

Cada vez que se cruzaban en los pasillos o Haddy tenía una lección de defensa podía sentir que decenas de personas los observaban para ver cómo interactuaban. Se sonreían y a veces se tocaban pero Haddy no se había sentido cómoda para hacer algo más por si a Severus no le gustaba. Sin embargo, después de haberse visto tanto durante las vacaciones, Haddy echaba de menos a su novio y le preocupaba que pudieran empezar a distanciarse si no pasaban pronto algún tiempo juntos. Acabó durando dos semanas antes de idear un plan para que pasaran algún tiempo juntos en secreto gracias a Dios por la capa de invisibilidad fue todo lo que Haddy pudo decir.

Parecía que no le costaba mucho esfuerzo pasar desapercibido por los pasillos de Hogwarts. Evitaba los pasillos populares o los que tenían demasiados retratos y comprobaba periódicamente el mapa de los merodeadores para asegurarse de que Severus seguía en sus aposentos. Por suerte esta no era una de las noches en las que patrullaba, había hecho que los elfos domésticos revisaran el horario para asegurarse.

Severus abrió la puerta al oír que alguien llamaba y sólo se sorprendió un poco al no encontrar a nadie. Suponiendo que era Hadrian con su capa, retrocedió y mantuvo la puerta abierta hasta que sintió que algo lo rozaba. Contemplando si debía agradecer la cosa o no, se dio la vuelta para ver a su compañero sonriéndole tal vez valía la pena todas esas noches de insomnio durante los años, preguntándose cómo podía meterse el chico en tantos problemas.

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