Capítulo 90

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Severus se despertó con los brazos llenos de su compañero y por un breve momento le entró el pánico antes de recordar que ahora estaban casados y que Haddy podía ser suyo en todo el sentido de la palabra. No pudo evitar acurrucar al chico más cerca de él, arrastrando los pies para que su polla quedara acurrucada entre esas dulces mejillas. Había tenido grandes planes para la noche anterior, pero la boda les había quitado las ganas y estaban demasiado cansados para consumar su vínculo. Ahora, sin embargo, Severus estaba totalmente descansado y listo para poner en práctica su ruin plan.

Con cuidado de no despertar a su nuevo marido, Severus colocó a Haddy de espaldas y le levantó suavemente las manos por encima de la cabeza, atándolas a unas esposas que había preparado el día anterior.

-Mmm, Severus-, gimió Haddy cuando se relajó en la nueva posición y sus piernas se separaron de forma natural. A Severus le alegraba poder provocar una reacción así en su compañero.

Cuando él y Haddy se habían embarcado en esta empresa, Severus había esperado poder guardar su primera vez juntos para su noche de bodas. En retrospectiva, debería haber sabido que Haddy estaría demasiado impaciente para esperar tanto tiempo y, hay que admitirlo, Severus habría luchado por sí mismo dado lo tentador que era su compañero y era agradable no tener la presión añadida de tomar la virginidad de Haddy. Con todo el cuidado que pudo, Severus estiró las piernas de Haddy, atándolas a los postes de la cama. Su compañero se veía muy bien, todo extendido para él, y el impulso de simplemente sumergirse en su caliente y apretado agujero era casi abrumador, sin embargo Severus tenía un plan para su primera noche como pareja casada, o al menos la primera mañana.

Haddy se removió en sus ataduras y abrió lentamente los ojos.

-Debo decir que podría acostumbrarme a despertarme así-. La sonrisa en su rostro fue todo el estímulo que Severus necesitaba para continuar.

-Definitivamente es bueno saberlo-.

-¿Entonces puedo esperar más de este tratamiento en el futuro?-.

-Ya veremos, quería probar algo un poco diferente ya que es nuestra primera vez como pareja casada-.

Haddy gimió. -Entonces me dejo en tus capaces manos amor. Supongo que se aplican los protocolos habituales-.

-Sí-, dijo Severus, dándole a su marido un sensual beso antes de recorrer su mandíbula hasta su oreja, -pero estoy bastante seguro de que esto no será algo que quieras dejar-.

Haddy estaba intrigado con lo que Severus había planeado. Había que admitir que a estas alturas ya habían probado muchas cosas, así que no le sorprendía demasiado que el hombre, su marido, supiera lo que le gustaría. Como ser atado; habían probado múltiples técnicas de restricción durante el tiempo que llevaban juntos y ésta no era la primera vez que Haddy había sido extendido en la cama aunque era la primera vez que no era consciente de lo que estaba pasando. Si hubiera estado despierto, probablemente habría sugerido una posición diferente ésta no era ni mucho menos su favorita, ya que, aunque restringía mucho sus movimientos, algo que le encantaba, dejaba muy pocas opciones para hacer cualquier otra cosa y además no permitía a su compañero hacer mucha palanca, lo cual era una pena, ya que a Haddy le encantaba que Severus lo golpeara contra el colchón, o contra cualquier superficie que estuvieran utilizando.

No es que le importara para un aperitivo, especialmente con la forma en que Severus se abría paso lentamente por el cuerpo de Haddy, burlándose constantemente y haciéndole retorcerse y tirar de sus ataduras; un recordatorio de su posición actual que le enviaba una sacudida de placer cada vez. A medida que su marido se acercaba a su polla, ésta ya goteaba copiosamente, por lo que Haddy no se sorprendió en absoluto cuando Severus le puso un anillo para la polla. A decir verdad, fue casi un alivio, ya que ahora no tenía que preocuparse por contenerse y podía disfrutar a fondo de todas las sensaciones que su marido le estaba regalando.

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