Capítulo 74

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Haddy se había mostrado ligeramente aprensivo cuando bajaron a desayunar al día siguiente. Se había alegrado de la previsión de Hermione de utilizar el mapa de los merodeadores para comprobar el progreso de Dumbledore mientras los buscaba, así ella podría nombrar algún lugar en el que él no hubiera buscado. Debió de herir al anciano el hecho de que no tuviera pruebas de que estuvieran tramando algo. El anuncio de Dumbledore, sin embargo, había causado un gran revuelo en todo el colegio y era lo único de lo que se hablaba en todo el día.

Haddy no estaba tan preocupado, ya que tenía tanto la capa de invisibilidad como el mapa, pero no podía evitar sentir que esto debía ser una especie de castigo y, como tal, tendría que tener más cuidado cuando se escabullera por la noche. Creía haber visto a Ron mirándole de reojo durante las clases, pero había ignorado a su antiguo amigo; no había forma de que contemplara la posibilidad de prestarle al pelirrojo alguno de sus tesoros después de cómo se había comportado últimamente y, de todos modos, no es que Dumbledore no lo supiera.

Por suerte, esa tarde tenían pociones. Aunque no tendría clases con Severus, tendría la oportunidad de escabullirse para verlo. Slugghorn les había puesto una tarea de investigación para sus deberes, así que él y Hermione tenían una excusa perfecta para ir a la sala común de Slytherin y desde allí Haddy podría ir fácilmente a ver al jefe de la casa de su hermano.

Por suerte había una plétora de textos de pociones así que no tardaron en terminar su redacción, sobre todo trabajando juntos, y estaban sentados en los sofás charlando y bebiendo té cuando Severus entró en la sala común de Slytherin.

-Me preguntaba dónde se habían metido todos-, dijo, acercándose al grupo, -me preocupé cuando no estuvieron en la cena, espero que hayan comido algo-.

-Sí, tío Sev-, respondió Draco, -Dobby tuvo la amabilidad de traernos algo de comida. Lamento que te hayamos preocupado, sólo perdimos la noción del tiempo, pero al menos nuestra redacción está terminada-.

-Bueno, supongo que eso es algo de todos modos, no pierdan de vista la hora, pronto será el toque de queda y no quiero que ninguno de ustedes se meta en problemas-. Severus se dio la vuelta para irse pero Haddy saltó rápidamente para detenerlo.

-Severus ¿está bien si tenemos una charla rápida?-.

-Por supuesto Hadrian, aunque puede que nos molesten si vamos a mis habitaciones privadas-.

-Pueden ir a los dormitorios de sexto año-, sugirió Draco, -no hay nadie allí arriba en este momento-.

Severus hizo una rápida revisión de la habitación para confirmar que lo que Draco decía era cierto antes de asentir con la cabeza y hacer un gesto a Haddy para que le siguiera.

Severus cerró la puerta en cuanto ambos estuvieron en la habitación y pronto se encontró con los brazos llenos mientras Hadrian se lanzaba sobre él, besándolo profundamente. Severus le devolvió el beso durante unos instantes, saciando su deseo, antes de apartarse ligeramente.

-No es que me queje, amor, pero pensé que querías hablar-.

-¿No podemos hablar y besarnos al mismo tiempo?- Preguntó Haddy, moviéndose para acariciar el cuello de Severus.

Severus gimió y se recostó contra la puerta, deleitándose con la sensación de tener a Haddy entre sus brazos de nuevo. -Disfruto pasando tiempo contigo así, Hadrian, pero no creo que mis alumnos estén muy contentos si terminamos teniendo sexo en su dormitorio-.

-Oh, Draco definitivamente me mataría, pero tenemos tan pocas oportunidades de estar juntos en este momento, especialmente con estas estúpidas nuevas reglas de toque de queda, y quiero aprovecharlas al máximo-.

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